Post-apuntes de madrugada.
UNO. Estoy prendido. Se lo contaba esta tarde a la Valeria mientras almorzábamos, que me siento como iluminado, escribiendo mil cosas, pensando proyectos, intentado concretar otros temas pendiente, cómo por ejemplo presentarme a un concurso de cuentos; o en el ámbito de las tareas “políticas” terminar con los registros audiovisuales que estamos montando hace más de un mes con Pablo y el resto del colectivo –significase la consultora Factor Alfa.
Es extraña la sensación, es una fuerza que te empuja a eclosionar de manera permanente. Recuerdo que el mismo Pablo me hablaba de la idea del “motor interno” que tenemos todos los seres humanos, pero que en particulares condiciones es capas de manifestar sus cualidades, bueno éste es mí tiempo.
Es curioso, pero además me ligan los temas esotéricos. Casi al desmontar la noche me encontré con la Paula, una amiga que es seca para leer el tarot. Nos colocamos al día de las ofensivas de nuestros respectivos frentes de batalla. Mucha de las aproximaciones que realizamos a nuestros personales conflictos tienes que ver con la mirada que busca equilibrarse en el ser interior, y la ayuda de herramientas probadas en miles de año de desarrollo. Todo esto es nuevo para mí, y a la vez muy atrayente.
Por otra parte hace tiempo que no sentía la tranquilidad interior para intentar una mirada de estas características.
Por otra parte hace tiempo que no sentía la tranquilidad interior para intentar una mirada de estas características.
DOS. Tengo varias cosas que comentar sobre la Maestra. En este momento de la madrugada corre viento húmedo, siento muchos crujidos de maderas frente a la cabina donde escribo –estoy solo- y me ha comenzado a salir sangre de narices.
Volviendo a lo que les comentaba, han pasado eventos en mi mágico lugar de trabajo que intentaré comentar en la respectiva página –blog.
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