060606
UNO. El Día de la Bestia, 666. Me imagino que los cabalistas, esos que me envían mensajes de término del mundo, de sufrimientos infinitos, se sentirán atraídos por la posibilidad de que al fin ese evento inesperado, ese cataclismo destructor sepulte con una señal potente, cómo una evidencia de sus predicciones. Veremos.
De cualquier forma algo de eso sucede. Pero es infinitamente más sutil, lento –cansino- y progresivo que ese cataclismo de carácter apocalíptico.
Cómo los personajes de la Película de Álex de La Iglesia, que intentan encontrar la validación de su predicción, buscando el lugar del nacimiento del anticristo, encontrando adeptos y detractores de su objetivo. Algo por el estilo mueve la vida de muchos seres en el mundo. Buscan reafirmar sus pronósticos, de los eventos que sucederán luego de ser afirmados como parte de la verdad de los hechos que están por suceder. Y ahí encontramos a tanto político, analistas, opinólogos, Futurólogos –nefasta práctica sociológica desarrollada por los yanquis cómo Alvin Toffer y Daniel Bell, que predicen sobre la base de hechos empíricamente observados y que derivan en una plataforma objetiva de supuestos que es posible contrastar. Yo soy uno de esos pronosticadores de ocasión. Me gusta darle vuelta a los temas y apostar a una salida.
El problema es la ética. Si. Pues resulta que uno en algún momento es actor de su apuesta, de los acontecimientos, y lo que correspondería es separarse del fenómeno apostado.
No tiene sentido lo que digo. Siempre ante ese dilema es preferible actuar como personaje activo, la acción es central en la vida del ser humano, y si nuestros pronósticos nos impulsan a intentar teclear en alguna dirección, es siempre mejor que no hacer.
DOS. Me han llamado y escrito algunos amigos para confirmar su asistencia a una cosita que surgió del “de pronto”. En realidad no tenía muchas ganas de celebrar, como que no me siento del todo completo, es como si me faltara algo para estar más enterito –no digo redondo por que gordo estoy para asumir ese adjetivo. El tema es que llego el jueves el “Pájaro” Araya a pegar unos afiches para una actividad para el martes. El resto ya lo conocen. Así que la noche del 06 06 2006 será la prueba que el día de la bestia es un buen momento para compartir.
Y celebrar con los amigo, además de saludar a los pingüinos que han conquistado una gran cuota de dignidad.
TRES. Todos los saludos son bien recibidos. Cada amigo, compañero, acompañante, confidente, socio, familiar etc., y serán agradecido. Pero tengo la idea que sería bonito un saludo en particular y que me tiene muy expectante… ¿Por qué será?.
De cualquier forma algo de eso sucede. Pero es infinitamente más sutil, lento –cansino- y progresivo que ese cataclismo de carácter apocalíptico.
Cómo los personajes de la Película de Álex de La Iglesia, que intentan encontrar la validación de su predicción, buscando el lugar del nacimiento del anticristo, encontrando adeptos y detractores de su objetivo. Algo por el estilo mueve la vida de muchos seres en el mundo. Buscan reafirmar sus pronósticos, de los eventos que sucederán luego de ser afirmados como parte de la verdad de los hechos que están por suceder. Y ahí encontramos a tanto político, analistas, opinólogos, Futurólogos –nefasta práctica sociológica desarrollada por los yanquis cómo Alvin Toffer y Daniel Bell, que predicen sobre la base de hechos empíricamente observados y que derivan en una plataforma objetiva de supuestos que es posible contrastar. Yo soy uno de esos pronosticadores de ocasión. Me gusta darle vuelta a los temas y apostar a una salida.
El problema es la ética. Si. Pues resulta que uno en algún momento es actor de su apuesta, de los acontecimientos, y lo que correspondería es separarse del fenómeno apostado.
No tiene sentido lo que digo. Siempre ante ese dilema es preferible actuar como personaje activo, la acción es central en la vida del ser humano, y si nuestros pronósticos nos impulsan a intentar teclear en alguna dirección, es siempre mejor que no hacer.
DOS. Me han llamado y escrito algunos amigos para confirmar su asistencia a una cosita que surgió del “de pronto”. En realidad no tenía muchas ganas de celebrar, como que no me siento del todo completo, es como si me faltara algo para estar más enterito –no digo redondo por que gordo estoy para asumir ese adjetivo. El tema es que llego el jueves el “Pájaro” Araya a pegar unos afiches para una actividad para el martes. El resto ya lo conocen. Así que la noche del 06 06 2006 será la prueba que el día de la bestia es un buen momento para compartir.
Y celebrar con los amigo, además de saludar a los pingüinos que han conquistado una gran cuota de dignidad.
TRES. Todos los saludos son bien recibidos. Cada amigo, compañero, acompañante, confidente, socio, familiar etc., y serán agradecido. Pero tengo la idea que sería bonito un saludo en particular y que me tiene muy expectante… ¿Por qué será?.
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