Sapore Di Mare...
No tiene sentido hablar de lo blando que es la carne, en especial cuando se trata de la tormenta que es la culpa, la falta de moderación, la forma que se lee a Teillier “El día del fin del mundo será limpio y ordenado como el cuaderno del mejor alumno. El borracho del pueblo dormirá en una zanja, el tren expreso pasará sin detenerse en la estación, y la banda del Regimiento ensayará infinitamente la marcha que toca hace veinte años en la plaza…” así, sin más explicación que la propia manera que tenemos para expresar el sentido de las cosas, la forma algo confusa, sin la menor atención en los sigilos de exclamación, como en una viñeta de Manara, en la que la chica en blanco y negro te invita a disfrutar de su jugoso calor, abriendo la boca carnosa y desplegando argumento de película porno (que te pasa papito, no me quieres coger?). Y yo, no quiero. No quiero por qué no llega el momento de redención, por qué es más difícil creerle a Tonino Caratone cuando canta “Mondo Difficile” (me cago en el amor…) y que es verdad que creer en el amor no tiene sentido si te abandonan cuando mejor te va (en palabras de esta gran canción).
Por otro lado no hay nada que envidiar cuando se tiene esperanzas.
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