650.000 muertes... Irak
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“El porcentaje de muertes causado directamente por los ocupantes en el período considerado de 2003 a 2006 corresponde a un tercio del total (el 31%, de los que el 13% se deben a ataques aéreos), un porcentaje que se ha reducido comparativamente desde el inicio de la ocupación. El número efectivo de iraquíes muertos por los ocupantes sigue aumentando. Tras una estabilización en 2005, señala el informe, las muertes debidas a ataques de los ocupantes han vuelto a aumentar en 2006. Sin embargo, el informe señala que el porcentaje de muertes asociado a los ocupantes es menor que el real”
Miles de heridos y miles de millones de dólares en perdidas materiales para una guerra que simplemente no tiene sentido –si acaso, y más allá de las consideraciones historiográficas, alguna tiene sentido.
La vocería del la Casa Blanca en aquella oportunidad no dio crédito a las cifras entregadas.
Hace unos días leí una entrevista de la periodista Elizabeth Subercaseaux, La Nación Domingo, en la que pregunta a un matrimonio de norteamericanos de jóvenes que han vivido los efectos de la guerra desde el frente invasor –y con clara conciencia de la calidad de tal. Él un marine que luchó y enfrentó a los "enemigos", hoy con agudos problemas sicológicos y de adaptación por el fuerte impacto que le ha provocado la experiencia de la guerra. Asume las mentiras de la administración Bush, sus maneras y esquemas de ocultamiento a la opinión pública norteamericana de las consecuencias de la guerra, y las denuncia.
En lo inmediato, en todo caso, están los efectos para la población civil iraquí, que se encuentra en medio de fuego cruzado –en el mejor de los casos- cuando no derechamente es parte del objetivo de aniquilamiento de cualquier resistencia que se expresa en abierta rebeldía hacía los ocupantes.
650.000 vidas hasta el año pasado, cuantos muertos para convencer a todo el mundo que en Irak, parafraseando al marine entrevistado, se comete un genocidio.
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