Portapapeles xii

Y Caminamos por el sendero que conduce a lo alto del cerro. Y se fue haciendo la ciudad inmensa, sucia y gris, y a pesar de todo melancólica. ¿Quién no ha conquistado los rincones frescos del cerro Santa Lucia?. Apretándola fuerte para que no se vuele, para que su aroma sea de todo el valle fértil, y para mi primero.
Y su nombre lo sabré guardar en la boca.
Y Entre la hierba tierna de su cuerpo dibujamos planes para otra vida, la que vendrá después de romper tanto encantamiento.
Esta tarde conocimos un pedazo de la bóveda que cubren nuestros sueños, en lo alto del cerro.

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