Las felicidades a Dhamiana...

Fue su noche. Me imagino que ser celebrada con un grupo de música afro peruana –Sentimiento Negro del Perú- y con unas cien personas bailando y disfrutando el show, es reconfortante. Y ella se lo merece. Y hoy me entero que no le gusta que le diga mi niña –como si fuese la perdida de su identidad- la que la tiene entronada en mi corazón, desde el tiempo aquel que nos reunimos en torno a sus dolores y nunca más a salido del lado calido de mis brazos. Que más podría decir, le escribí esta madrugada antes de dormir. Mucho, pues esta historia se crea en cada jornada, se inventan nuevas mezclas y proyectos que nos colocan en la permanente perspectiva de construir.
Y no lamento los silencios, las erráticas maneras que tenemos los seres en este punto de la evolución, de relacionarnos de forma extraña, no siempre con la claridad –no todo lo decimos ni lo expresamos con nuestros cuerpos- y que cuando se revienta la grieta se hace como una catástrofe.
Le digo a la mujer del espejo, a la que limpia sus penas en el baso de mis ojos, que es solo el principio de un camino que nos podría separar, alejar físicamente, pero jamás para olvidar el tiempo aquel en que compartimos –hoy seguimos celebrando- tantas jornadas, de esas que inventan recuerdos y sentimientos nuevos.

Comentarios

Entradas populares