Uh, ah, Chávez no se va...

De las cosas que se agradecen del lugar donde desempeño mis funciones poco convencionales es la de conocer a gente, y por esta vía reconocer realidades que de otra manera me serian incomprensible.
La semana pasada visitaron nuestro país una delegación de la Asamblea Nacional de la República Bolivariana de Venezuela, y adivinen donde fueron a parar el sábado y el domingo, pues si, al rincón de la salsa vaposa.
No puedo negar mi contradictoria admiración por la experiencia del proceso que sigue Hugo Chávez, y el tener a este tipo –Nicolás Maduro- y un grupo de diputados chavistas en el local me alegro. Lo de contradictorio tiene que ver con la velocidad y pertinacia de los cambios que propone, pero finalmente es similar a lo que se destaco en nuestra experiencia de proceso de transformación y Allende, lo de la revolución a la venezolana en el caso de ellos.
Parte de la parrilla musical del local es salsa dura –en algún momento intentare desarrollar tan particular categoría- y los carlenses son definitivamente un aporte a esta. Sin ir más lejos Óscar D'León –llamado el sonero mayor- o “El Trabuco Venezolano”. Al final de la jornada del sábado le entregamos a nombre de los trabajadores de la Maestra unos afiches de nuestro último aniversario el cual lo recibió prometiendo que uno le llegaría a Chávez.
El domingo el grupo fue algo menor pero igual de entusiasta. Esta vez le regalamos un par de temas que Pelas había bajado de la red con ocasión del plebiscito del 2004 del Grupo Madera y que en el estribillo dice algo así como “Uh, ah, Chávez no se va”.

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