Voy a una asamblea...

De acuerdo, le dije, es verdad que cuando uno no se espera las cosas pasan. Estoy a punto de partir a la asamblea anual de la Asexma –el show de Fantuzzi, que me imagino que contara con la asistencia de los candidatos de la nomenclatura- en Casa Piedra. Todo un desafío para un izquierdista reconocido y radical de la provocada caricatura que se ha hecho de este sector –debo admitir que es muy caricaturesco ser adherente de la izquierda extraparlamentaria hoy. El tema es que la abogada de la oficina donde trabajo -cuando no estoy en la Universidad o atajando curados en la Maestra- esta fuera del país y Ramón, el Gerente, me pidió que le acompañara. La Chio me dio unos consejos de urbanidad y combinación de colores de sobriedad. Mi madre me dio un beso de buena suerte. Y con todo este apoyo parto a ver como se reúnen este segmento que llora por la baja del dólar y por la despreocupación de la Pyme. Que reivindica su condición de ser los que entregan mas plazas de trabajo para el desarrollo de la nación, pero a la hora de los reparto son los olvidados. Veremos de que manera se vive esta experiencia...