La nueva clandestinidad...
Estoy a punto de partir a uno de esos lugares que proliferan en el barrio y que se encuentran al límite de lo que permiten las conductas. En general son lugares que funcionan clandestinamente –de nombre genérico “clandestino”- tienen una serie de códigos y de personajes que lo visitan.
Son sujetos de los que les gusta un ruido mas ahogado –como se trata de casas particulares, la música es lo suficientemente clara como para cubrir a los que se encuentra a su interior sin que salga el sonido a la calle. El ambiente esta enrarecido por la falta de ventilación –es normal que se limite el consumo de cigarrillos- que crea, junto con la penumbra, una imagen espectral. Normalmente su utilidad se hace evidente después de la hora límite de consumo de alcohol –las cinco de la mañana los fines de semana- y es cuando mas gente llega, además de los funcionarios de los locales que atienden en la noche y se van a relajar en estos espacios.
Para llegar a ellos se debe tener a un conocido en el lugar o la recomendación de un cliente, jamás se llega sin tener este pase. El manto para la policía es que es una reunión o fiesta de amigos –me recuerda el gustillo de reuniones y actividades que participaba a fines de la década de los ochenta y militaba en la Jota.
Esta madrugada esta de cumpleaños la pareja del chico Ale -compañero de trabajo de la Maestra. Espero encontrar parte de la intranquilidad que anhela mi alma. Quien sabe.
Quiero que mi corazón se desate…
Esta madrugada esta de cumpleaños la pareja del chico Ale -compañero de trabajo de la Maestra. Espero encontrar parte de la intranquilidad que anhela mi alma. Quien sabe.
Quiero que mi corazón se desate…
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