La ciudad está viva y tiene memoria: resistir la gentrificación de barrio Bellavista
La ciudad está viva y tiene memoria. Esta constatación ha sido una idea recurrente en mis devaneos, en mi circunstancial flâneur , ese callejeo sin destino que me ha permitido conocer rincones e identificar historias, en especial de las cuadras del centro, la parte más antigua de la capital. En este caminar, en todo caso, he ido construyendo y concentrando mis pasos por el barrio Bellavista, al norte del río Mapocho, punto cardinal de rutas imaginarias, coordenada simbólica de la fiesta, que se transita como un microuniverso inserto en ese sistema vivo denominado Santiago. Esta zona de la ciudad es una de las más antiguas, después de las cuadras que están entorno a la plaza de Armas. De hecho, fue la primera expansión urbana unas décadas después de la fundación de la capital en 1541. René León Echaiz en “Historia de Santiago” (Ediciones Nueve Noventa, 2017) señala que esta primera expansión, desde la fundación, era conocida por los indígenas que habitaban la cuenca como la Chimb...