Oligarquía: el poder de Hans, el podre niño rico
Hans tiene 7 años. Suponemos que la suya es una cariñosa madre, y sabemos que perdió a su padre hace menos de un año, un hombre que era dueño de una de las más grandes fortunas que se ha amasado en la historia de Chile. Horst Paulmann, dejó a sus 4 hijos un patrimonio, que se estima, en 3 billones de dólares ($ 2.825.550.000.000). Esta herencia la dividió entre ellos, legando para los mayores el 37,5%, y de acuerdo al testamento, al menor dejó el 62,5% en atención que a los otros ya les había traspasado bienes en vida, un modo que se utiliza extensamente en las familias con este nivel patrimonial y así evitan los gravámenes hereditarios, que en este rango puede ser de hasta el 25% en impuestos.
Por
lo tanto, Hans tendrá a disposición, desde ya una fortuna estimada en 1,3
billones de dólares, después de impuestos, que expresado en pesos asciende $ 1.300.000.000.000.
Por lo abrumadora de la cifra, hice un
ejercicio de consulta a la IA Deepseek, y me dio un escenario que permitía situar
la magnitud de lo que hablamos: suponiendo que viviera 100 años, con una tasa
de interés de 3% anual, podría recibir desde ahora $3.087 millones mensuales.
Jeffrey
Winters escribió un texto, fruto de su investigación, “Oligarquía” (Arpa, 2024),
en la que analiza la existencia y supervivencia de este grupo, centrado en un
sistema que defiende el poder que genera la riqueza, de una magnitud
superlativa, logrando mantener y proyectar ese poder, alejándolo del control de
Estados, grupos sociales u otras amenazas. Esto se puede dar en regímenes
democráticos o autoritarios, pues su supervivencia depende del espacio que les
pueda dar mayor estabilidad y seguridad: “…los oligarcas entendidos.. como individuos empoderados por la
riqueza.”.
Para
despejar inmediatamente el debate teórico que señala que esta categoría pudiera
sonar similar a élite, diremos que un oligarca es siempre élite, pero no toda
élite será oligarquía. Siguiendo el trabajo de Winters, la oligarquía sería un
sistema político en el que un grupo reducido de sujetos muy ricos, poseen y
ejercen capacidades materiales para defender y mantener su riqueza ante amenazas
de redistribución, esto independiente del régimen político vigente en un territorio
donde ejercen dicho poder.
Este
autor ya en julio de 2016 alertaba, desde una entrevista para CIPER “Chile,
al igual que Estados Unidos, es en parte democracia y en parte oligarquía”.
Para
retratar esta característica estructural, y que de alguna forma fue rechazada
en la revuelta de octubre de 2019, se basa en un estudio de Michel Jorratt y
Tasha Faifield, que en 2015 arribaron a una descripción que indicaba que el 1%
más rico, los oligarcas, son los poseedores de hasta el 33% de los ingresos del
país (CIPER).
¿Pero
qué muestra la situación conocida hace un par de semana con la apertura del
testamento de uno de los 5 hombres más ricos de Chile? De modo anecdótico que
el pequeño Hans se instala entre los 20 personajes más millonarios de Chile,
sin haber hecho nada más que jugar y crecer.
Ahora
bien, lo que realmente nos debe importar de este caso es que esa concentración
de riqueza y poder tiene fácticos que perturban, al menos en tres niveles: político,
ético y económico social.
En
la política es evidente que produce una distorsión en el sistema democrático.
Un oligarca como Piñera logró imponerse como presidente no solo con un discurso
demagógico, sino con el señuelo de que, al ser millonario, estaría más proclive
a mejorar las condiciones de vida de los habitantes de Chile y no se concentraría
en mejorar su posición social. También viene al caso la ascendente carrera
política de un hijo de la familia Luksic, devenido en alcalde; o cuando los
empresarios donan millones para campañas de candidatos de su interés, a pesar
de que hoy existe una legislación de financiamiento, pero quien puede dudar que
de igual modo existen mecanismos grises para apuntalar a candidatos que dan
mayores “certezas” a aquellas fortunas.
A nivel
ético, el gran argumento, falaz por donde se le mire, del mérito como la palanca
de ascenso de los grupos sociales medios y populares. Hay muchos y consistentes
ejemplos de personajes que han logrado todo a partir de su apellido, posición social
y redes. Siempre es bueno tener a la vista el trabajo de investigación del
periodista Sergio Jara Román “Piñera y los leones de Sanhattan” (Planeta, 2018),
que desnuda alguno de los mecanismos del mérito de la oligarquía.
Y
por último desde el punto de vista económico social. La existencia de lo que Winters
denomina “industria de la defensa de la renta”, es decir el ejercito de tecnócratas,
abogados y contadores, que permitieron al mismo Paulmann, en un reportaje de La
Segunda de junio de 2012, que señalaba que en patente “El Jumbo del recién
inaugurado Costanera … desembolsó por el primer semestre del 2012 (el municipio
exigió el pago completo del período, aunque haya entrado en funcionamiento el
último mes de vigencia de la autorización) por patente $4.072. Por derechos de
aseo, fueron $29.615… pagan menos que una mujer que vende sopaipillas en la
calle que cada seis meses debe cancelar 36 mil pesos…”.
Esta
distorsión es la que profundiza el malestar con el sistema, y eventualmente
lleva a millones de personas a expresarse en momentos de explosión.
Todo
esto, mientras tanto Hans juega sobre sus miles de millones.


