Zohran Mamdani, un socialista demócrata en el horizonte del imperio
Zohran Mamdani se presenta como un socialista democrático. Suena como una rareza para EEUU que alguien se reivindique “socialista” hoy, en un país tan desequilibradamente a la derecha. Pero ahí está este político de 34 años que disputa la alcaldía de la ciudad de Nueva York, la metrópolis del imperio, la capital del poder económico, que por un par de siglos ha sido la presencia del capitalismo sin contrapesos, y desde esta urbe que ha dado tantas muestras de influencia cultural, el lugar de la inmigración de todos los rincones del mundo, de la creación del jazz y la salsa, de las obras de arte refinadas, pero también de desigualdad y segregación de los barrios al modo en que es retratada por Spike Lee en “Haz lo correcto” (1989), o la soledad del sueño “americano” en esa maravilla del cine romántico de 1962 “Desayuno en Tiffany's”. Son la paleta de todos los colores que se puede encontrar en los retratos de aquella ciudad y que este martes 4 de noviembre elige a un alcalde, en que un candidato sostiene un programa progresista: durante cuatro años congelar los arriendos de los departamentos con renta controlada; guarderías gratis para niños; supermercados asequibles y transporte urbano sin costo para sus usuarios… en definitiva, iniciativas para combatir las desigualdades extremas de ese paraje de riqueza exorbitantes y precariedad miserable.
Por
cierto, que el dueño del poder supremo de aquel país decadente, Donald Trump,
ha puesto todo su empeño por denostar al candidato, lo ha denominado “comunista”
-un insulto que de tanto ser utilizado por los poderosos y oligarcas, debiera
ser la insignia de las cosas que molestan a las élites-, amenazando que de
ganar la alcaldía, restringiría recursos federales para la ciudad, y ha llamado
a votar por el independiente exgobernador Andrew Cuomo, que salió del Partido
Demócrata después de varios escándalos como líder del Estado y acusaciones de
delitos de connotación sexual, nada de lo que al presidente convicto pudiera provocar
alguna incomodidad.
Pero
es en parte algunos datos de su biografía que lo hacen tan propio de esa característica
que elevan los norteamericanos de alguno de sus líderes: Mamdani es musulmán chii,
nacido en Uganda en 1991, nacionalizado en 2018, alguno de sus detractores
reaccionarios ha insistido que buscarán quitarle su estatus estadounidense en atención
a su origen extranjero.
Lo
cierto es que en un mundo enrarecido, polarizado por la riqueza, en que las
mentiras mueven los discursos y la extremaderecha campea con su agenda de persecución,
parece que sería un gesto de alivio, casi de esperanza de un político como Mamdani
gane aquella elección local y lejana.
En
el Le Monde Diplomatique de octubre el profesor Alenxander Zenin, al analizar el
camino de este socialdemócrata, que cuenta con el apoyo de Bernie Sanders y
Alexandria Ocasio-Cortez (parlamentarios de izquierda), la principal característica
del ascenso fue el trabajo en terreno, que logró movilizar a miles de
voluntarios para reunir firmas y triunfar en las primarias del partido en
junio, el vínculo con los barrios, sindicatos y comunidades diversas, una idea
que en nuestra realidad parece algo ajeno, pero que sigue siendo la clave para
cualquier esfuerzo por levantar proyectos de transformación y emancipación, o
resistencia, solo para tenerlo presente en la etapa que probablemente se inicie
en marzo de próximo año en Chile.


