Andrea Carolina Parvati...

En un instante todo el tiempo. Así me siento. Y eso que aún no parte su viaje.
De pronto descubro la profundidad de esa idea que me persigue, lo internalizo como una enseñanza, una herramienta que me permite aproximaciones posible a las personas que me interesa, a los objetos de mi preocupación: la paciencia y la gloria, no lo dice así Faulkner pero suena tan de él, parecen ser coordenadas en un juego de roles.
He descubierto tantas maneras de mirar un objeto, y hace unos días sentado en una terraza de un café en Ñuñoa, descubrí como ella –lo intuía de mucho antes- me activa su forma de ver esos objetos, las aproximaciones y los modos de reflexión. No coincidimos –tal vez sea lo más atractivo de una conversación en que se utiliza el “sentido común perceptivo”- y nos potenciamos en nuestros devaneos deconstructivitas, colocando cada cual su perspectiva y montando un relato común desde las diferencias. Casi ya se fue. Echaré de menos estos arranques de debate lúdico, sensualidad que aporta con su sonrisa y sus dudas de niña. Ese día, la tarde en Ñuñoa, le dije que sentía que ella se encontraba en un momento de eclosión, un universo se despierta ante sus sentidos y va en busca de esos refuerzos tan necesario para la vida. Es el viaje de héroe que pregona Joseph Campbell, que al fin tiene al personaje en posición de responder por sus actos, certezas mínimas que ayudan a otros a caminar, sin mostrar el camino pero señalando que se puede encontrar dentro de cada cual.
Recuerda que la búsqueda siempre parte en uno mismo, el viajero es inmóvil.
Esperemos que en un año más todos seamos distintos.
Suerte en tu búsqueda.

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