Como bailar esta cosa...

Los gringos llegan al lugar donde las sombras ocultan sus modos. Llamare de esta manera, gringos, a un sin numero de nacionales de distinto origen, y que en general no son gringos, son europeos –detestan este calificativo por evidente alcance peyorativo que contiene en nuestro país y el resto del continente. Llegan solos en grupo. Cuando lo hacen en soledad buscan involucrarse del calor de los “movimientos” autóctonos del lugar que los acoge (como no entienden que la salsa es una construcción que nace de la fusión de distinta manifestaciones culturales de raíz afro caribeña, que en la coctelera del “sueño americano” de los barrios de inmigrantes latinos de Nueva York adquiere su sonido característico). Y de pasada establecer amistad con las autóctonas, que de alguna manera sienten como parte de su propia manera de contener sus fantasías de contacto con los “salvajes” del lugar de recepción. Que este contado se da con ciertos personajes –hombres o mujeres- que desinteresadamente se entregan a la labor de establecer vínculos.
Debo reconocer que este patrón de conducta se da con mayor fuerza entre los norte americanos. Los europeos –en general- tienen mayor noción de la ubicación espacial y de criterio de responsabilidad.
Cuando llegan en grupo la cosa cambia en la medida que copan la barra por asalto, que se toman la molestia de dejar una propina para establecer su dominio de los recursos, que además se dan por moverle al ritmo de la música –nuevamente los puritanos del lugar reclaman por la pureza de la danza que se practica en el sagrado espacio de la rumba- que gritan y se manifiestan en forma mucho mas efusiva que lo haría un criollo.
Es que cuando se da el momento maravilloso –único en todo el barrio que contiene este triangulo de ofertas farrera- que se toca la acostumbrada cueca, a eso de las tres de la mañana, y los chilenos bien gallos y de corazón agarran su pañuelo y comienza el correteo de las gallinas del lugar. Imaginarse ver un grupo de japoneses –debo decir que se encontraban bastante pasados- imitando tan personal y chovinista baile, el verdadero, que se encuentra consagrado en la conciencia del ser chileno… viva mi patria mierda. Perdón, pasa que estos temas me emocionan, o será que ver a tanto “gringo” bailando una danza que es parte del relato que ayuda a consolidar la unidad patria… ja, ja ,ja que riza meda…

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