Entropía
A veces queda un montón de gestos sin descifrar, parece que de eso se trata la vida, de descubrir porqué gestamos los sentimientos, porqué no es esta noche o talvez mañana y se perdió la oportunidad en un infinito silencio.
A veces me quedo pensando en la forma que se dan las circunstancias, no podemos pretender que todo se dé como nuestros deseos quisieran, pero porqué un camino y no otro.
Esto meditaba cuando te ví, fue un descubrimiento, en la esquina jugando a ser una amazona, contabas la odisea del viaje que has iniciado pero no sabes donde te llevará, y la práctica de mostrar tu entereza y valentía tras una sonrisa infernal.
Quise detenerme y tomarte de la cintura, jalar tu cuello, asir tu pelo, soplar tus pechos, pero esa pregunta primera, la ontología de las cosas y de la vida me llenó de remordimiento, cómo podría ser tan soberbio y sacarte de ese torbellino llamada fantasía. Simplemente te ví.
Mostrabas unos rasguños que no alcanzaban a la sombra de una herida de guerra, amazona bella, un minúsculo punto que ya era costra.
Linda, linda y diestra con ese escudo intenso, tu sonrisa.
Y volví a preguntarme por los gestos. Si la vida es descubrir porqué estabas ahí y no conmigo, puedo quedar tranquilo, amazona mía eres.
A veces me quedo pensando en la forma que se dan las circunstancias, no podemos pretender que todo se dé como nuestros deseos quisieran, pero porqué un camino y no otro.
Esto meditaba cuando te ví, fue un descubrimiento, en la esquina jugando a ser una amazona, contabas la odisea del viaje que has iniciado pero no sabes donde te llevará, y la práctica de mostrar tu entereza y valentía tras una sonrisa infernal.
Quise detenerme y tomarte de la cintura, jalar tu cuello, asir tu pelo, soplar tus pechos, pero esa pregunta primera, la ontología de las cosas y de la vida me llenó de remordimiento, cómo podría ser tan soberbio y sacarte de ese torbellino llamada fantasía. Simplemente te ví.
Mostrabas unos rasguños que no alcanzaban a la sombra de una herida de guerra, amazona bella, un minúsculo punto que ya era costra.
Linda, linda y diestra con ese escudo intenso, tu sonrisa.
Y volví a preguntarme por los gestos. Si la vida es descubrir porqué estabas ahí y no conmigo, puedo quedar tranquilo, amazona mía eres.