“El Hombre que daba de beber a las mariposas” Experimentando con las percepciones


Mariposa: Entre los antiguos, emblema del alma y de la atracción inconsciente hacia lo luminoso. La purificación del alma por el fuego… el psicoanálisis conceptúe la mariposa como símbolo del renacer. (Diccionario de Símbolos. J. E. Cirlot. Editorial Siruela)

UNO. Teatro como representación de un concepto, como mínimo es la escenificación de un contenido expuesto para estimular al observador. El tema del estimulo ha estado siempre presente en este arte, desde Sófocles fue indispensable para el éxito de la misma que el espectador pudiera sentir la transmisión de uno o varios mensajes que de alguna forma modificaran el estado de ánimo, siendo la tragedia o la comedia la que definiría la externalidad de ese ánimo.
Por otra parte, la utilización de semiología textual, montaje, iluminación y sonido, resaltan elementos de la representación, acentuando puntos y aspectos que el realizador quiere mostrar al espectador.
Una variable adicional en este cometario sería la distinción que hace la academia sobre artes de actuación y artes de representación mimética, pues es el cuerpo del actor el principal instrumento por el cual se logra estimular al observador o espectador. Si no existe cuerpo “presente”, dejaría de ser teatro para ser, por ejemplo, cine o fotografía.

DOS. Estamos ante una propuesta que centra su esfuerzo en indagar en lo perceptivo: qué vemos, teatro o cine. Es el registro en vivo de un actor o una grabación pretérita la que observamos desde nuestra butaca. Ese juego es el que propone Compañía Cinema.
En la anterior obra, la primera de una trilogía, “Sin Sangre”, la frontera es difusa aunque notoria. En esta, “El hombre que daba de beber a las mariposas”, la distinción por momentos se hace difícil y entorpece su comprensión inmediata, pero rápidamente esa frontera se disuelve para dejar en claro la sincronía, el oficio y la rigurosidad que requieren la propuesta a la que nos exponemos.
Imagen digital, cine, teatro, música incidental hacen de esta obra un deleite a los sentidos. Hablamos por lo tanto de un verdadero espectáculo multimedial.
Pero queda en el aire una perspectiva no menor y tiene que ver con la coherencia del mensaje, la idea que se quiere transmitir. Es como la pregunta que se hace del cine y sus elementos estimulantes, por ejemplo, los efectos especiales que terminan siendo un gran protagonista del film. Pudiera ser que al dramatizar desde la multimedia transforma la semiología textual en un acompañante agradecido de la oportunidad de participar en el espectáculo, siendo parte de un entramado mayor en el que aportan mucho más los efectos especiales.
Es dudoso que donde existe calidad actoral se difumine el acto esencial del arte teatral, pero es siempre un riesgo que al fin una escenificación pudiera tapar la ausencia de profundidad. Parece no ser casual los diálogos que se dan entre los dos actores de teatro que participan en la filmación de una película, una de los conflictos que muestra la obra, y como meta-lenguaje que reflexionan sobre el soporte de un arte y otro.
Por último debe ser estimulante estar en presencia de la experimentación en nuevas fronteras, tal vez el transito a novedosas formas de registro de un arte que ha vivido como soporte crítico de la realidad por 5.500 años en nuestra civilización. Para quienes gustan de observar una dramaturgia experimental en la forma, esta debe ser una tremenda oportunidad para opinar y aportar a los nuevos formatos.

TRES. Sobre el texto. Las mariposas y su representación en la finitud de la existencia. La pregunta del recorrido de las crisálidas desde un estado a otro, periodo significativo para la observación humana por las implicancias metafóricas que ha logra a través de la historia, la Metamorfosis como cambio dialéctico. También para un lepidóptero es el camino al origen que se hace en una breve vida, una brizna en la existencia de un ser humano o una fracción de segundo, si se quiere, para el conteo universal. Esta perspectiva es una idea que transita en las cuatro historias que se entrecruzan, estimuladas por preguntas esenciales que han circulado desde siempre en la contemplación humana como son el objeto de la vida y su fin, la fragilidad y la misión sobre la tierra, la trascendencia y la mortalidad, el amor y la soledad.
Estimulado por la idea oriental que todo está en la hoja del loto, vendría a ser que todo está en la belleza de la mariposa, en la gota de agua que la alimenta, en un segundo que es todas las imágenes del universo. Es una mirara totalizadora que intenta potenciar la idea de la fragilidad de la condición humana, alentado en la cotidianidad, que en el caso de Juan y los actores de la película que filman en la obra, o el trabajo de Fillipo de encontrar a las mariposas cuando salen del capullo y en ese acto se encierra la última oportunidad para la humanidad para de olvidad algo que es propio de nuestra condición.
Así, todos los conflictos, en una aproximación atemporal, se van uniendo detrás de ese mensaje principal, que es la fragilidad y la búsqueda de un sentido en la vida.
Pero es en este punto donde la obra queda definitivamente en deuda, dando la sensación del abarque de mensajes que requieren perspectivas de tiempo y tratamiento de profundidad que no logra pasar un esfuerzo didáctico, tal vez más propio de un museo interactivo que de un escenario.
Es indudable que en aras de darle espesor, da impresión, se buscó reunir muchas imágenes inmanentes, que tocan la sensibilidad del observador, muy preocupado de la puesta en escena, y tal vez por esa vía desprevenidamente pasar por alto que las ideas requieren mucho más que el reconocido esfuerzo escénico que se logra.




Temporada: desde el 9 de julio hasta el 22 de agosto de miércoles a domingo.
Lugar: Matucana 100
Entradas: General $ 8.000. Estudiantes y Tercera Edad $ 4.000. Miércoles populares $ 3.500
Horarios: Miércoles a sábado 20:30 hrs. y domingo 20:00 hrs.
Matucana 100.

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