XXI

Nunca te entregué secretos, sólo instantáneas en sorbetes
/ de guinda, manzana y naranja.
Nunca te dije mañana, sólo cifras de esa tarde
/ de colores distantes y suaves.
Nunca te devolví una mala palabra, sólo arrumacos de amante
/ sin sudor, en silencio y con suspiros

Y ahora aquí, sentado a la sombra de un álamo sin nombre pero con historia
Con sabores en la boca, de guinda, manzana y naranja.
Esperando que se marche la mañana, al siguiente día de esa noche de suerte echada a la moneda.
Sin amante, sin sudor y con los suspiros de los recuerdos encarcelados.

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