en una hora con ella...

En esta hora, no siempre impropia, en que las manzana maduran hasta quedar rojas de verdad, en que las orugas desprenden su capullo para comenzar a ser mariposas, en que me mira con sus ojos y me convierte en hombre, le doy una prueba, una señal y ella al lado acompañando mis delirios, dibujando en una hoja blanca, el relato de su alma, a veces tormentosa, a veces intrépida, siempre intensa como una gota de rocío.
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