en una hora con ella...
En una hora impropia, en que las lunas se han ido a dormir, en que las estrellas han dejado de brillar, ella me ha dado un encargo, una prueba de cariño imprudente, una forma de demostrar que tiene un nombre completo y complejo como los hoyuelo de su sonrisa.
En esta hora, no siempre impropia, en que las manzana maduran hasta quedar rojas de verdad, en que las orugas desprenden su capullo para comenzar a ser mariposas, en que me mira con sus ojos y me convierte en hombre, le doy una prueba, una señal y ella al lado acompañando mis delirios, dibujando en una hoja blanca, el relato de su alma, a veces tormentosa, a veces intrépida, siempre intensa como una gota de rocío.
En esta hora, no siempre impropia, en que las manzana maduran hasta quedar rojas de verdad, en que las orugas desprenden su capullo para comenzar a ser mariposas, en que me mira con sus ojos y me convierte en hombre, le doy una prueba, una señal y ella al lado acompañando mis delirios, dibujando en una hoja blanca, el relato de su alma, a veces tormentosa, a veces intrépida, siempre intensa como una gota de rocío.
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