mujer multiplicada

Entreverado,
suponiendo que las hojas del fin son la marca que permiten contener el principio del nuevo tiempo.
He amado intensamente.
He deseado aun más.
He corrido detrás del viento.
La mujer que se ha multiplicado,
pero sigue siendo ella,
la unidad que me sigue,
el cuerpo que palpita.
Y la soledad que va perdiendo soledad,
se hace grande entre la sombra de los árboles de aquella calle larga y angosto.
La mujer que yo amo,
la amo a pedazos,
multiplicada en todas las partes que es unidad.
Y al final es ella la que me espera,
sentada,
fumando gotas de calor envuelta en papel de arroz.

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