Gustoso...

Gustoso cambiaría un año de felicidad por un momento contigo y que te sentaras en mis piernas y me contaras una fantasía indecorosa o simplemente me distrajeras del dolor insoportable que llena esta jornada.
Gustoso cambiaría las horas de sueño solitario por estar una hora a tu lado, contando las marcas y señas, aquellas que inventó nuestro intelecto o simplemente el aburrimiento al ver aquella película insípida que nos comimos una tarde de desencanto.
Gustoso sobornaría al guardia de tu celda para tocar un pedazo de tu pecho entre los barrote, Bernarda, hasta hacerte pedir una tarde entera entre mis sábanas.
Gustoso esperaría que mañana se haga tarde entera y nos perdiéramos entre la bruma artificial de este paraje de ciudad consumida por millones de lamentos, y solo nuestro paseo por el parque aquel ¿lo recuerdas?, tiene tu nombre en cada árbol, cada rama, cada rata que vive en los orificios, cada boca que es besada, cada promesa es tu.
Gustoso contestaría un llamado de tu voz.