Dónde lleva "Un tranvía llamado deseo"

En “Un Tranvía llamado deseo” los personajes asemejan una cascada de tensiones emocionales desprendiéndose como capas de cebollas.
Cada cual es una máscara que se describe de manera parcial, un aullido de la precaria condición humana, de procesos únicos e irrepetibles que hace de sus respectivos discursos una invención de afectos aparentes con la que cada cual tiene alguna certeza del interés, destino o motivación que los impulsa. La brutalidad de Stanley Kowalski, la resignación y sumisión sexual de Stella Dubois, o la ambigüedad propositiva de Blanche Dubois con un mundo que ha perdido sentido con el paso del tiempo, dan a la obra una orientación de transversalidad inquietante, una tensión incomoda que obliga a significar nuestras motivaciones de sujetos observadores del drama.
Pero qué hay detrás de la vida decadente de los personajes, qué llama atención, la morbosa mirada que se posa en las desdichas de seres que transitan sin otro sentido más que respuestas reactivas, sin anhelos más que la propia sobrevivencia. Caben muchos moldes. La sofisticada recreación mental de un tiempo que fue mejor para Blanche, o la seguridad de macho dominante de Stanley, o la esperanza en la maternidad de Stella. Puede ser el paroxismo de los afectos, del desenfreno de las emociones que se despliegan, los gestos que agobian cualquier posibilidad de entendimiento.
Obra de teatro de Tennessee Williams de 1946, se ha interpretado como una referencia a los profundos cambios que vive la sociedad norteamericana de posguerra, con el ascenso material de la clase obrera a condición de guardad toda aspiración política de transformación estructural del modelo que sustenta su sistema de vida. Desde otra perspectiva es también la representación de la decadencia de cierta oligarquía representada en las hermanas Dubois, sumida en la perdida de modos materiales de vida propios de sistema económicos pre-industriales que aun en esa época tenía mucho sentido en los estados del sur estadounidense. Como sea, en 1951 se da le versión fílmica, censurada de elementos controversiales para aquel tiempo que sí trata la obra de teatro como la homosexualidad. Obra fílmica de Elia Kazan, con las actuaciones de Vivien Leigh como Blanche Dubois, y Marlon Brando como el “polaco” Stanley Kowalski.

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