Apuntes once. Transantiago

Hoy partió el Transantiago. Es una Revolución. Y nadie duda que los cambios profundos no generen problemas de adaptación, de conciencia en los sujetos que deben componer el sistema, que por un lado son los operadores que están en la tarea de conducir los elementos, y el gran esfuerzo de parte de los usuarios, que deben reestructurar su cultura operacional en el manejo con un entorno que fue por décadas expresión de la rigurosa manifestación del mercado regulador de las necesidades y conductas de la Polis. Ahora se trata de la planificación de los recursos, de la implementación de un modelo de gestión que incorpora –se supone- lo mejor de dos sistemas que se enfrentaban, las organizaciones de emprendimiento –de diverso tamaño y nivel-, y un estricto control diseñado desde el área pública, que intenta mejorar los niveles de optimización de los recursos, que en vista de un mundo que exige esfuerzo para no despilfarrarlos, se hace muy pertinente.
Queda la duda, en todo caso, que si es una profundización de la consolidación del modelo de mercado –exacerbado del neoliberalismo- el que se impone, por sobre un esfuerzo por constituir unidades de manejo público, que asegure sin el imperativo lucrativo –podría haber sido similar al modelos de Metro de Santiago, que estructura su modelos de negocios desde los desafíos que impone el mercado- un contrapeso y concuerde con objetivos de servicio público.
Nos encontramos, además, en la oportunidad de observar el comportamiento de una comunidad ha la que se le exige reinventar su relación con las vías comunicadoras de la Ciudad, con la manera de comprender la Polis, los espacios públicos se configuran con una relación que a mediano plazo debiera se mucho más amable, constituyendo el soporte de otros cambios que van en el camino de la planificación del espacio colectivo, es decir dónde y para qué queremos la ciudad, cual es la fisonomía de una jungla que crece sin conciencia de sus potencialidades, que concentra y segrega los distintos componentes de su fisonomía humana.
Las amenazas, en vista de las primeras horas de funcionamiento, podrían ser el bajo nivel de compromisos de los ciudadanos, el usuario, que en un afán de reminiscencia desee volver al antiguo modelo –hablamos de la conciencia de los sujetos.
Otra amenaza es las dificultades logísticas en ajustar todos los engranajes del sistema.
Con todo, el saldo debiera ser positivo.

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