CHATBOT, IA y control del futuro

Me he transformado en un usuario recurrente del ChatGTP y desde la semana pasada de otra herramienta, también de los desarrolladores OpenIA, denominada Ask your pdf. Hace unos meses compartía por esta vía mis dudas -extensión de las preguntas y preocupaciones que están dando vuelta en varios medios sobre el impacto de la inteligencia artificial generativa en la sociedad- y de algún modo he ido despejando aquellas aprehensiones transformándome en un usuario de aquellas plataformas.

Por lo mismo quiero compartir algunas impresiones de esta experiencia.

Primero decir que en principio es, hasta ahora, un instrumento que permite mejorar rendimientos en el trabajo intelectual, de un modo similar como en su momento, ayudó Google u otro motor de búsqueda colocando de manera asequible, dentro de los millones de posibilidades que tiene el ciberespacio, ciertos nodos de información. Pero hasta ahí creo que son los elementos coincidentes, pues IA generativa es mucho más que lograr moverse entre bit de contenidos, es una perspectiva nueva, un cambio paradigmático si se quiere, que mejora sustancialmente actividades humanas, especialmente creativas e intelectuales. Esto que puede sonar hiperbólica, es la mejor forma que tengo para describirlo.

De este punto en adelante vienen las precauciones necesarias. Cualquier tema que quieras trabajar con el chat debes tener un manejo mínimo, si es que no estás buscando una estadística o alguna enunciación general, sobre contenido más específico debes si o si tener elementos para contrastar las respuestas, pues los algoritmos que permiten la magia funcionan con el principio del entrenamiento, de la retroalimentación, que permite “aprendizaje” del bot. Por ejemplo, la semana pasada escribí una columna sobre usurpación, y utilicé el chat para ir cerrando algunos aspectos teóricos. En una de las respuestas sobre doctrina me lanzó una afirmación de un cambio sobre flagrancia que se originó en un fallo de la Corte Suprema el año 2017 en Chile. Con ese dato busqué en Google en plataformas de derecho y no hubo caso, hasta que caí en que aquella afirmación correspondía a una sentencia, pero de Colombia. Se supone que en la medida que yo vaya alimentando al bot, este logra mayores niveles de precisión, pero de todas maneras, y al igual como sucede con los motores de búsqueda, si no hay claridad de qué se busca, es al final una herramienta más bien inocua.

La promesa de los desarrolladores es que estos vacíos se irán subsanando. Esta característica de esta tecnología, el mejoramiento continuo, es a la vez uno de los puntos críticos de este sistema, en voz de muchos especialistas. Los teóricos señalan que existen tres niveles en los que se puede ubicar y proyectar la IA. El que estamos es el de la IA “débil”, que podríamos describirla como aquellos chatbot con capacidad para abordar una tarea a la vez, sin integrar otras funciones, un input -una solicitud- y output -la respuesta. Usé esta problemática con el chat y quiero compartir un párrafo singular de nuestra “conversación”.

“… es importante tener en cuenta que el campo de la IA es amplio y en constante evolución. En la actualidad, se están desarrollando sistemas de IA más complejos y sofisticados que pueden realizar tareas más avanzadas, como la comprensión contextual, la generación de lenguaje natural más fluida y la toma de decisiones autónomas. Estos sistemas pueden involucrar múltiples entradas y salidas, así como interacciones más complejas con los usuarios o el entorno.”.

Quiero hacer notar que el bot señala “la toma de decisiones autónomas” como un valor deseable en sí misma, una característica que es parte del segundo nivel que los especialistas denominan AI “fuerte”, que es justamente la pretensión del bot. En este nivel la IA será capaz de operar como una inteligencia con capacidades cognitivas, o sea, imitar intelectualmente al ser humano. Hay discusión sobre este punto, pues es probable que la ventaja que tendremos con los chatbot será la otra parte que nos hace “humanos”, la conciencia de sí mismos, pero así y todo, la posibilidad que se alcance esa capacidad intelectual será un tremendo paso en la historia, pues la complejidad de imitar una red neuronal, con los millones de sinapsis que requieren es aún difuso. Otros especialistas puntualizan que se alcanzará por imitación, usando la fortaleza que otorgan las redes informáticas.  

Sobre este desarrollo de IA un grupo de personalidades de la tecnología levantaron una petición de moratoria de 6 meses en marzo, solicitud que sirvió como alerta en los medios de comunicación, pero que desde el punto de vista de acciones concretas nada.

El tercer nivel es el de mayor especulación, es la superinteligencia artificial (SIA). Aquí hay dos grupos, los pesimistas que suponen el momento de la pérdida de nuestra autonomía como especie, y los optimistas que predicen que aquí estaremos al alcance de poder solucionar la mayoría de los males que nosotros mismos hemos ayudado a causar.

El dilema es que esto ha sido tan vertiginoso que no ha dado tiempo para que las voluntades políticas a nivel global se coloquen de acuerdo, por ejemplo, en un pacto de límites éticos, y para cuando se logre alguno de estos otros niveles de desarrollo de la IA, puede ser tarde para evitar alguna consecuencia desagradable.

Mientras tanto sigo mejorando mi interacción con la interface que me toca, un chatbot de segunda generación (va en la versión 4.0), con la que interactúo para ir mejorando temas y contenidos, y en todo caso advierto, estoy preparando un incipiente plan de contingencia por si esto se sale de control y los bot deciden, uno de estos días, que es mejor que ellos manejen las coyunturas de la vida social.



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