Marilyn Monroe, una mitología del mainstream

"ORACIÓN POR MARILYN MONROE: Señor, recibe a esta muchacha conocida en toda la Tierra con el nombre de Marilyn Monroe, aunque ése no era su verdadero nombre / (pero Tú conoces su verdadero nombre, el de la huerfanita violada a los 9 años y la empleadita de tienda que a los 16 se había querido matar) / y que ahora se presenta ante Ti sin ningún maquillaje sin su Agente de Prensa sin fotógrafos y sin firmar autógrafos sola como un astronauta frente a la noche espacial. / Ella soñó cuando niña que estaba desnuda en una iglesia (según cuenta el Times) ante una multitud postrada, con las cabezas en el suelo y tenía que caminar en puntillas para no pisar las cabezas. / Tú conoces nuestros sueños mejor que los psiquiatras. / Iglesia, casa, cueva, son la seguridad del seno materno pero también algo más que eso..." 

Este es un fragmento del poema que Ernesto Cardenal (Nicaragua, 1925) tituló “Oración por Marilyn Monroe” (1962), obra que está inscrita en el pináculo de la poesía latinoamericana en el estilo denominado exteriorismo, forma poética que el autor lo explicó de modo ejemplar: “He tratado principalmente de escribir una poesía que se entienda”.

En este texto Cardenal nos transmite algunas ideas que son más propias de la prosa que de la poesía, una serie de narrativas que circulan sobre la vida y obra de una actriz, personaje que está profundamente implicada en la producción de la industria de la entretención norteamericana. A veces identificada con una imagen de frib0lidad, pero por sobre todo con una performance popular que culturalmente marcó a la sociedad estadounidense entre las décadas del 1950 y 1960, inscribiendo, especialmente su cuerpo, como sinónimo de exuberancia, propios de las imágenes del pin-up, de hecho su primera incursión en el mainstream fue justamente como modelo para la revista Playboy. Desde ese instante comienza un recorrido que la ubicará, casi dos décadas después, en el centro de la industria, transformada en un personaje indispensable de la cultura de masas.

Por ciento su vigencia vuelve a estar en boga cada cierto tiempo. Por ejemplo, en mayo se subastó una serie de reproducciones en serigrafía de otro artista que mezcla muy bien su producción creativa con la industria de la entretención. Andy Warhol produjo su serie sobre MM en 1964, dos años después de la muerte de la actriz y de aquel registro “Shot Sage Blue Marilyn[i] logró recaudar 190 millones de dólares.

La confluencia de disciplinas y creaciones es parte de los mecanismos de entretención que la industria de masas nos tiene acostumbrados de un modo avasallador. No existe un espacio cultural más determinante para las sociedades del Sur como es el cine y sus formas anexas la música, el cómic, la fotografía publicitaria, todos ámbitos de influencias que solo se han ido acrecentando por la llegada de las tecnologías de la información globalizadas, que multiplican hasta el infinito el retrato de personajes como MM.

El llamativo producto que se creó en torno a su figura, una mezcla de sensualidad arquetípica, la presencia de un talento confirmado, de una curiosidad intelectual que la acercaron prodigiosamente a la política liberal y una actitud entre ambivalente y algo contestataria –sin llegar a la abierta disidencia-, su historia como personaje permite asumir que en ella hay muchas de las inclinaciones subversivas que se puede esperar para una mujer de sus cualidades, en las décadas que le tocó desplegar sus talentos.

Algunas luces puede dar en documental estrenado en  mayo por Netflix “El misterio de Marilyn Monroe: las cintas inéditas” que  permite indagar en esa telaraña de especulaciones conspirativas que gira en torno a su temprano y trágico deceso, circunstanciada tanto por sus traumas –si es que le damos crédito al suicidio- o la operación de terceros que pudiera involucrar aquellas estructuras del poder que se supone dirigen el imperio del norte.

En la misma plataforma de streaming  tiene programado otro estreno, de ficción, para septiembre de una película sobre la actriz llamada “Blonde” en que retrata su ascenso, en el papel interpretado por  la cubana Ana de Armas.

También parece el momento prudente de visitar alguna de sus películas que se encuentran alojadas en los servicios de TV online: 

Star+ se encuentran "Niagara" Torrente Pasional (1953);  "Los Caballeros las Prefieren Rubias" (1954); "La comezón del séptimo año" (1955)

Amazon Priem Video "Una Eva y dos Adanes" (1956) "Los Inadaptados" (1961) con guion de Arthur Miller

 


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[i] La definición del aura como "la manifestación irrepetible de una lejanía (por cercana que pueda estar)" no representa otra cosa que la formulación del valor cultual de la obra artística en categorías de percepción espacial-temporal. Lejanía es lo contrario que cercanía. (W. Benjamín)

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