¿Cuánta gente se necesita para armar una rumba?

Una rumba para 30 afortunados, eso es lo que nos permite la autoridad reunir en el local. Con este límite en mente surgió la pregunta ¿cuánta gente se necesita para armar una rumba?

El vacío de una pista de baile es una barrera, un impedimento, una provocación, incluso un desprecio. Un rumbero que escuchó sobre estas discreciones respondió con tono taxativo: “no es posible construir algo si nada te invita o motiva”. El desafío era construir en un terreno nuevo, desafortunado para la cultura del “apretuje” que con tanto empeño se había convertido el local en los últimos 10 años, aquellas filas de media hora esperando poder ingresar cuando algunos se cansaban del sudor y la energía de la rumba.

Ahora es otra cosa, algo dosificado y controlado, además de aséptico –idea que se usa en sus dos acepciones, tanto como ausente de gérmenes y como sin compromiso-, definitivamente un lugar sin rumba, pero…!!!

Esa tarde de sábado 28 de agosto se informó que se recibirían a 30 rember@s, no más, y por tres horas, hasta el toque de queda, se bailaría como si fuera una maratón de salsa.

A las 18:30 horas puntalmente habían cerca de 10 personas dispuestas a pagar un bono que le daría derecho a consumir libremente las bebidas que se les antojaran, la administración no sabía la forma en que iría mutando las disposiciones sanitarias, pero ese fin de semana esas serían las reglas además del cumplimiento de otras consideraciones sanitarias.    

El cálculo del aforo en época pandémica está dado por la siguiente operación aritmética: la suma total de espacio útil del local, dividido por 6 metros da el número dorado de elegidos encargados de armar una fiesta, una rumba que para nosotros tiene muchos significados, pero que ineludiblemente todas la acepciones llevan a un cierto desorden orgánico, una coherencia de individuos que logra encontrar, entremedio de la música, las palabras, el alcohol la posibilidad de diversión en las interacciones que hay en esta experiencia.

Y nuevamente volvemos a la pregunta que expusimos arriba: ¿cuánta gente se necesita para armar una rumba?

La respuesta fue bellamente expuesta ese primer día, un jueves en un horario improbable desde las 18 horas (en noviembre de 2020 tuvimos en todo caso un primer intento por 3 semanas), y el resultado fue cercano a la perfección.

Y no es que no faltaran más personas, de todas maneras ver tanto espacio entre los que bailaron desde el primer tema que pinchó dj. Maringapresente fue sorprendente pero a la vez había mucha esperanza, porque sí, pudimos comprobar que se puede construir una rumba con mínimos, tal vez solo se requieran dos personas para disfrutar el baile y las interacciones de cualquier lugar, incluso de espacio con vocación de multitud como Maestra Vida, esa tarde nos dimos cuenta de eso y fue reconfortante.






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