La sombra no detiene la refundación de Chile desde la rumba

Somos la sombra de lo que fuimos cuando la música aún sonaba, cuando nos movíamos.

Esta es la historia de una derrota, un fracaso sui géneris, pues es la ausencia de alegría la que señala la frontera, la orfandad de los borrachos que pretenden seguir la juerga, pero no hay donde descargar el boche, cuando todo un país debiera estar despierto preparando la refundación, debemos conformarnos con el silencio.

Cuántas ideas, proyectos y sueños se han perdido por no tener una barra, una mesa, un rincón donde construir acuerdos conspirativos, proyecciones discursivas que serán vertidos en la asamblea ¿acaso no éramos los que queríamos Chile como una larga y angosta pista de baile donde todos y todas tuvieran cabida?

Nos dicen que debemos aceptar que esta es la derrota de una dinámica de construcción de contenidos, toda esa energía que debía brotar como una ola de música que permitiera llegar a la utopía de la rumba integrada, abierta y tolerante que muchas veces fue el sello de las jornadas de Maestra Vida no podrá ser transformada en un programa político, pues somos los pareas que nadie quiere en los salones ni oficinas de la Convención/Asamblea, nuestra voz no implicará un giro decisivo en la redacción del artículo 1° que declara “Todes tienen derecho a bailar, cantar y disfrutar.

Los órganos del estado deberán asegurar la presencia de música y felicidad en las dependencias pública, y proteger su acceso libre en las calles del territorio.

Se propenderá las la salsa en línea, las ruedas de casino,  o el bolero en una baldosa, así como en cada comuna agrupaciones acompañarán el desfrute de la cultura musical.”

Tenemos una única esperanza, ante la urgencia de entendimiento, propiciar una asamblea de soñadores rumberos que ayuden a refundar las bases de la matria.

Resurrección.



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