Sobre la violencia y los cambios

 “A quienes digan que nuestro amor es extraordinario / porque ha nacido de circunstancias extraordinarias / diles que precisamente luchamos / para que un amor como el nuestro / (amor entre compañeros de combate) / llegue a ser en El Salvador / el amor más común y corriente / casi el único.” Tercer Poema de Amor, Roque Dalton

Alguna vez quise escribir sobre la violencia política, y lo pretendí abordar como actos poéticos y amorosos, casi al estilo que proponía Schiller como la "voluntad" transformadora del ser humano, un impulso que mientras consume la realidad, va configurando una nueva narrativa inmediatamente sobre las cenizas del viejo orden.

Obviamente que aquella idea ha sido probada y superada largamente en el siglo 20, con cada demostración de la destrucción de mundos a nivel local, con millones de víctimas que serían el resultado de ese impulso destructivo y creador.

La violencia es la esencia de las transformaciones, es la pieza interna del motor de la historia, aquella fuerza que es capaz de doblegar las voluntades de cualquier resistencia, y que en el caso de las administraciones políticas y líderes de derechas se expresa en la idea de evitar el cambio del orden constitucional, mientras los sectores subversivos es la de conquistar un nuevo orden social que incorpore a los postergados del orden social.

Estamos en un momento estelar de las transformaciones en este país, donde una gran mayoría, se ha dicho de modo transversal, está por botar un orden en crisis, que está a contracorriente de la inclusión y el socialismo.

Por el otro lado están los que resisten del cambio, como si tal cosa pudiera ser, porque si por alguna razón se impusieran los conservadores del orden social, igualmente la crisis no se detendría, porque lo que sucede no es un problema de orden y seguridad, es un problema basal del viejo orden, y con las fuerzas de violencia, o la voluntad, y la transformación la única manera de contenerla es con otra violencia.






Entradas populares