Un Ladrón de bicicleta en mi vida

"Ladrón de bicicleta" es la adaptación del libro de Luigi Bartolini, en hispanoamérica lleva el mismo título que la película, que fue adaptada y dirigida en el cine por Vittorio De Sica (1948), con la que fundó lo que se conoció en la historia del cine como neorrealismo italiano.
Es una bella película que cuenta las aventuras de Antonio, un desempleado que ha logrado encontrar trabajo en Roma de postguerra, una verdadera bendición para ese momento. El único y más preciado bien que posee, y con el que se ayuda en el trabajo, es una bicicleta y el primer día de labores se la roban. Hay una escena en que junto con sus amigos (compañeros de partido) y su pequeño hijo Bruno buscan en un gran mercado (tipo persa bio-bio) y miran con empeño los vehículos, discute con un mecánico por la que cree que es la suya, pero nada.

La aventura lo traslada por toda la ciudad en ruinas, calles atestadas y personas desempleadas se mezclan entre lluvia, frío e indiferencia, con altas dosis de política partidista, la izquierda y el partido comunista en particular habían quedado en una destacada posición después del conflicto.
Así y todo es una historia simple, trágica, y bella.

En estos días de crisis apocalíptica, en la que una enfermedad demencial ensombrece el horizonte me siento como Antonio Ricci, sin un hijo que me acompañe, buscando mi bicicleta por las calles. La veo en los pocos paseantes de tardes de cuarentena, o me fijo en los repartidores de delivery, pero nada.
El domingo me han robado la bicicleta, en medio de una ciudad a veces fantasmagórica, siento el mismo vacío del personaje romano, pero no tengo su fuerza para seguir peleando contra el destino.



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