Un documental cubano disidente “La Teoría cubana de la sociedad perfecta”

La Teoría cubana de la sociedad perfectade Ricardo Figueredo Oliva es un documental con varias virtudes. Primero lo técnicamente correcto en su desempeño: fotografía y banda sonora. Es un buen ejercicio narrativo de una realidad compleja con distintas salidas, dividido en momentos generacionales que expone experiencias concretas de esos momentos cual si fueran cápsulas de notas visuales.
Pero hay aspectos que se deben criticar.
Tiene dos ritmos que se topan en el resultado total de la obra. Una primera parte describe las contradicciones del modelo, incluso las incoherencias de la construcción de la revolución, algo que está más o menos consensuado de un modo transversal por adherentes y críticos. La juventud sin oportunidades, el arte parametrizado, una economía siempre asediada y al límite, resultado de decisiones mal tomadas y un bloqueo infernal, o un Estado que en muchos pasajes se “muestra” omnisciente.
Pero pasando 30 minutos el relato cambia de tono y ritmo y se transforma en una película partidista que señala una ubicación desde el montaje que decide situar los hechos y los discursos que expone. Quiero señalar que asumo que hay una llaga en la revolución, una herida, que existen injusticias y excesos, incluso que se han cometido errores que pueden ser calificados como actos autoritarios, y que cualquier otro país significarían la pérdida del poder, o incluso un juicio político de las autoridades.
Pero el de Cuba es un modelo único que se mantiene en una ubicación que la hacen parte de tensiones que debieran contextualizar una película como esta, con procesos que no son muy distintos a otras realidades continentales, por ejemplo el tratamiento de la homosexualidad, que en el documental aparece señalado en un par de pasaje. En Chile la homosexualidad fue delito hasta la década de 1990 (sodomía), y su tratamiento ha sido tenso hasta entrado el siglo XXI, teniendo aún mucho por avanzar. En la isla no ha sido muy distinto, por lo que se señala en la película. Esta comparación es extensible a lo que sucede con la juventud y su falta de expectativas.
Tal vez la situación más criticable y que muestra el film es la que tiene que ver con la censura de artistas y creadores. A pesar que se conocen otras experiencias de inclusión y promoción de la cultura desde el estado cubano, el que exista un control a expresiones sociales será siempre complejo aunque desde la distancia no queda del todo claro, y esto es porque como se señala, el ritmo cambia y evita mostrar esas otras formas.
Recomiendo ver este documental para que cada cual construya su opinión, reconociéndoles una buena factura pero con una clara apuesta partidista.



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