Toni Morrison (1931-2019)


Descubrí la escritura de Morrison a fines de la década de 1990, y desde siempre me gustó el talento para describir en historias mínimas, en personajes mínimos, el situaciones cotidianas que parecen banales y sin significación, universos sicológicos de extraordinaria profundidad. 

Partí leyendo Sula: mujer negra, pobre y algo distraída, pero con una capacidad de resiliencia sorprendentes. Cómo alguien puede describir una escena anodina y transformarla en una obra maestra de la narración, eso era la escritura de Morrison.
Lo último que leí de ella fue “La noche de los niños”, una colección de eventos, estadios de un viaje de una mujer en busca de una especie de salvación, una novela que tal vez no estaba en el brillo de su primera época, pero de una perspicacia suficiente como para entrar en la comprensión de los femenino desde la condición racial.
Pero la novela clarificadora para situar el presente de EEUU es “Una Bendición” de 2010. Un verdadero trabajo de contextualización para introducir en la historia del imperio norteamericano del siglo XVII y que es el antecedente de la decadencia del hoy.
Toni Morrison, un alto en la literatura universal.



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