Chagabi Etacore, resistencia


En tiempos de la globalidad absoluta, en que la identidad local se diluye en las totalidades homogeneizantes que la industria cultural impone, yo mismo soy un producto de ese proceso no cabe dura, la historia de Chagabi Etacore, miembro de la nación “ayoreos totobiegosodes”, es una metáfora trágica y atingente del problema de la identidad, cuestión que la antropología denomina alteridad, un “otro” que es más que la diferencia relativa de visiones dentro de un sistema de referencias ideológico. Esta ciudad, por ejemplo, porta en sus procesos una serie de alteridades: jóvenes de distinto origen, práctica y credo; adultos con historias personales que es cruzado por cientos de combinaciones que son el devenir del presente; inmigrantes de otras latitudes que enriquecen o se asimilan a las costumbres locales, etc.
Hablamos de alteridades decoloniales, diferencias de cosmovisiones que se sostienen y sustentan en relatos y prácticas distintas y distantes de centro/os-metrópolis/periferia del orden mundial. Esas otras formas de entender la realidad, cuando hablamos de la consigna de "otros mundos posibles" tal vez nos estamos imaginando aquellos otros modelos de subsistencia, el  abda yala, o el ñuke-mapu entre varios más.
Hablamos de cosas tan vitales como la posibilidad de romper con el ciclo en que estamos sumidos, que ha llevado a la humanidad a un punto de no retorno, de cambio que requiere una adaptación que obligará a las generaciones futuras a transformar su relación en un  hábitat adverso, de falta de agua, o de exceso de temperaturas extremas.
La historia de Chagabi Etacore es además la descripción de la forma más abyecta de desaparecer como identidad: en manos del fundamentalismo cristiano, quizás la más mortal forma de destruir una cultura y sus miembros, la evangelización.
Los niveles de violencia, desprecio y negación del colonizador es una cuestión ampliamente explicada en los últimos 30 años, el V centenario de la invasión europea permitió una revisión de la historia oficial, pero no contentos con aquellos elementos, y a pesar del avance legislativo internacional en relación del reconocimiento y protección de las identidades no-occidentales, se sigue presionando las formas de alteridad que pueden tener alguna clave para enfrentar este ciclo de cambios dramáticos.
La recuperación de aquellos relatos esenciales es a esta altura un acto de sobrevivencia y resistencia. 












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