Muerte y cuerpo: prácticas de endo y exocanibalismo, dos ejemplos.
(canibalismo) “…es
siempre simbólica, incluso cuando es real” Marshall Sahlins
Introducción
Hace
una semana un artículo de prensa[1]
daba cuenta de una sorprendente modificación genética que habrían logrado la
tribu Fore de Papúa Nueva Guinea a partir del consumo del cerebro de los difuntos
familiares o “endocanibalísmo”, práctica ritual que desarrolló hasta la década
de 1950 cuando fue prohibida a partir de la evidencia de que esta tradición
estaba asociada en niño y mujeres a una patología que ellos llamaban “kuru” y
que posteriormente se vinculó con la enfermedad que se conoce como la variante del mal de Creutzfeldt-Jakob (vCJD), y que en
los animales afectó en la llamada “enfermedad de las vacas locas”.
Con el pasar de las décadas, recientes investigaciones han descubierto
que esas prácticas sirvieron para fortalecer, a partir de una adaptación
genética, de enfermedades como el alzhéimer y párkinson, cuestión que ha permitido
realizar una serie de reflexiones, muchas de ellas a nivel especulativo, respecto a los usos rituales funerarios que
acostumbraban los Fore.
El
tema es a todas luces complejo, su abordaje genera tenciones como por ejemplo William
Arens duda de la efectiva importancia de esta práctica en la entrada
“canibalismo” del Diccionario de Antropología editado por Thomas Barfield.[2].
Por otro lado su significación y
alcance está ampliamente mediado por la cultura popular que la ubica, en la
tradición occidental, como un tabú, tratamiento que explica, además, su profusa
masividad como imagen de los grotesco y desviado[3].
El vínculo que se da entre las prácticas tradicionales en
comunidades tribales en el mundo está ampliamente estudiado por la disciplina, estableciendo
relaciones que van desde la nociones míticas en torno al valor del cuerpo como
fuente de energía, hasta formas de respeto mortuorio del entorno directo del
difundo.
Pero lo que sí se puede decir a
ciencias ciertas es que su práctica está validado desde la antropología que la
ha estudiado como un aspecto singular de algunas culturas tribales.
Exocanibalismo mapuche
Leonardo León Solís[4] analiza distintos aspectos de la antropofagia desde la
experiencia del mapuche lafquenche que habría utilizado esta práctica en el
siglo XVI en su lucha de resistencia contra el conquistador español. Parece
indudable que la ocurrencia de esta costumbre no está del todo confirmado, pues
su reivindicación de parte de la resistencia indígena tuvo más que ver con un
mecanismo de guerra sicológica que de una forma efectiva de tratar el cuerpo
del enemigo, y esto a pesar de la extendida influencia que en algún momento
emanó de Ricardo Latcham (León Solís, 2010: 123).
La característica de esta
costumbre, en el caso mapuche, se circunscribe a un mecanismo de presión sobre
el invasor al estar presente un elemento sicológico significativo “…no se trata tan sólo de morir a manos de los
enemigos, sino también de terminar en el fondo de sus intestino.” (León Solís: 121). Pero la idea del indígena
antropofágico estaba ya muy extendida en el continente siendo el propio Colón
el que en sus cuadernos anotaba la descripción física en la que yacía un
practicante caníbal. Esta cuestión es la que marca en el imaginario europeo una
condición del salvajismo natural de los indios del nuevo mundo.
Pero León Solís coloca perspectiva
al sustentar que el carácter caníbal del mapuche está auspiciado a la propia
imaginería del conquistador que a un elemento mitológico sustenta casi como un
motivo que permitiera explicar la necesidad de la lucha en contra de este
pueblo.
Pierre Clastres y las prácticas endocanibales en la amazona paraguaya
Según el destacado autor francés, quien fuera alumno de
Claude Lévi-Strauss, la existencia de estas prácticas está asociada al modo en
que los grupos tribales se vinculan con la enfermedad, en primer lugar, y con
la muerte posteriormente.
Primero
que todo existe una distinción “…entre culto a los ancestro y culto a los muertos.” (Clastres: 2001, 74). Esta precisión es importante y
se repite en otras organizaciones tribales en el mundo, pues la primera
constituye y ayuda a la elaboración totémica, la segunda tiene distintas
expresiones, como en el caso de las comunidades que le correspondió observar a
Clastres, estas se intentan distanciar del muerto, por lo tanto el evitarla es
un primer esfuerzo al abordar la enfermedad, y de este modo se transforma en un
evento colectivo donde el afectado por una dolencia mágica o incidental es intervenido
tanto por el chamán como por los integrantes de la comunidad (74-75).
En
caso de deceso, es todo el sistema social que de distintos modos se desvincula
con el muerto. En algunas regiones esto implica desmontar la aldea y
trasladarse a otro lugar dejando el cadáver enterrado en ese espacio. En la
mismo lógica “…algunas
sociedades no entierran a sus muertos: se los comen.” (76). Este rito antropofágico se distingue del
tratamiento que en algunos lugares se da al prisionero de guerra[5], pues en el caso del familiar, el tratamiento mortuorio
que se le da tiene que ver con formas se transformación de los restos en
vestigios que desaparecen totalmente “…El efecto aparente del endocanibalismo es la integración total entre
muertos y vivos, ya que unos absorben a los otros… (esta práctica)… extrema la separación de vivos y muertos ya
que lo primeros, al comer a los segundos, los privan del último anclaje en el
espacio: una tumba.” (77).
Conclusión
Hemos realizado un
apretado contrapunto entre dos visiones de la antropofagia que permiten introducir
en su importancia para la creación de la identidad del otro, los salvajes del
nuevo mundo, y que explicarían parte de la fascinación, y el miedo, que estas
tierras provocaron en el viejo mundo en gran parte de los siglos de la
conquista y hasta la colonia.
[1]
El Mercurio: 12 de junio de 2015, A10.
[2]
Barfield, Thomas: Diccionario de Antropología. FCE, México 2000.
[3]
Umberto Eco en “Historia de la fealdad” indaga en el aspecto estético de
comportamientos asociados al canibalismo en occidente (234-237), y el contexto
de la denominación exótica en el enemigo.
[4]
León Solís, Leonardo “La antropofagia mapuche siglo XVI” en Góngora, Álvaro;
Sagredo, Rafael (Editores) “Fragmentos para una historia del cuerpo en Chile”
Taurus, Santiago 2010.
[5]
Leonardo León Solis aborda el tema de la antropofagia en los mapuche en momento
puntuales del enfrentamiento con el enemigo. “Fragmentos para una historia del
cuerpo en Chile” Taurus, 2009 Santiago de Chile.