Sobre "Ciudades Rebeldes" de David Harvey y su perspectiva de combate anticapitalistas

“¿Es la ciudad (o un conjunto de ciudades) un sitio meramente pasivo o der preexistente, el lugar donde aparecen y se expresan corrientes más profundas de la lucha política?”


David Harvey sostiene que el espacio “natural” de resistencia al sistema capitalista, que de modo histórico ha sustentado grandes luchas de transformación en la modernidad, es la ciudad. Este espacio de acumulación numérica de individuos, pero además de reivindicaciones sectoriales que es una síntesis de  “movimientos”, ha variado desde modelos clásicos de intervención  popular, soviet y consejos obreros, a nuevas formas de resistencia que se articulan desde el paraje urbano pensado por los que detentan el poder como un campo de batalla, dimensión de contención para el caso de la revuelta o la rebelión popular.
El paradigma de este modelo es el París de Haussmann del siglo XIX, desde el cual ha tenido múltiples expresiones en que se han planificado las estructuras urbanas al menos desde la estratificación donde lo popular queda suspendido en la periferia (que puede ser una zona al interior de la urbe) para ser señalada como el lugar de los indeseable.
Harvey se sostiene desde una perspectiva activa, militante, en la que su reflexión crítica es parte de una tradición que recoge el marxismo occidental[1], en especial desde la década de 1960 y que se proyecta como el mejor modelo para entender los mecanismos de segregación, control y contención de todo un rango de formas de manifestaciones de descontento social.
Desde este punto formula algunas preguntas centrales que ordenan sus propuestas políticas: “¿son las manifestaciones urbanas de todos esos diversos movimientos algo más que meros efectos colaterales de las aspiraciones humanas globales, cosmopolitas o universales, sin ninguna relación específica con las peculiaridades de la vida urbana? ¿O hay algo en el proceso y la experiencia urbana –en las cualidades de la vida cotidiana- bajo el capitalismo que tenga de por sí potencial para servir de base a luchas anticapitalistas?” (p. 177)
A estas preguntas centrales que dirigen su reflexión, Harvey usa las concepciones marxistas sobre la División Social del Trabajo y la constitución del Plusvalor.
Los grupos que reivindican cuestiones urbanas como por ejemplo sistema de transporte, distribución de servicios, acceso a educación, etc., se dan de modo evidente en la ciudad donde la reivindicación obrera clásica de la explotación capitalista y la dominación de clases es absorbida por las preocupaciones “domésticas” que se ven reflejas en la urbe. Lo que supone Harvey es que la potencia de estas últimas en la perspectiva de luchas anticapitalista es significativa, donde la familia reclama por el sistema de transporte para llegar al lugar de explotación, se potencializa aquella lucha, es la familia la que se integra.
En Marx se puede entender que el sistema urbano también contiene elemento de la explotación, pues los tres procesos de circulación del capital se encuentran señalados: dinero, producción y mercancías (181)
En la ciudad al controlar estas tres dimensiones se puede constituir un modelo de control social socialistas. Si los pobladores (unidad de clases que integra en su seno también las reivindicaciones obreras) son capaces de influir en el dinero, la producción y la mercancía estarían en dirección de una urbe socialista.
En este punto vuelve a reconocer la importancia de la lucha de clases, es decir, del enfrentamiento evidente que contiene esta fórmula para el movimiento de la historia de la humanidad. Sin ella la ciudad sería un simple contenedor de individualidades que es útil como espacio de los explotados. Pero se debe reconocer la identidad de los que la habitan, sus diversas formas de luchas que son a la larga el gran aporte a las luchas anticapitalista que buscan emancipar desde la crítica al orden de la ciudad como reproductor simbólico de la explotación capitalista.




[1] En “espacios del capital” explica este proceso en que asume una posición ideológica que nutre la reflexión de la problemática de temas geográficos. “Espacio del Capital” Akal, 2007.

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