Representación del indígena norteamericano en "Dead Man" y el "Acid Western"

Introducción.
El cine llegó a Estados Unidos casi inmediatamente con los primeros avances de las técnicas de filmación y proyección desde Europa. Esta tecnología creció e innovó en los amplios territorios y ciudades de las costas del norte de América incorporándose prontamente al desarrollo de proyectos de experimentación artística permitiendo la creación de géneros y estilos propios a su idiosincrasia (Cousins, 2005).
Por lo tanto el desarrollo del cine norteamericano está vinculada a la representación de una realidad histórica, social y cultural que se expresa en el nacimiento de géneros específicos, siendo el western uno de los más identificables con su producción cinematográfica.
El gran atraco al tren” de 1903 y dirigida por Edwin S. Porter es en un par de sentido un trabajo fundacional tanto para la técnica como para el género western (Cousins, 2005: 148). En 10 minutos de metraje esta película inaugura una manera de representar los mitos y pretensiones imaginarias de la sociedad norteamericana como es la vida en la frontera del oeste con una serie de elementos que se repiten hasta el día de hoy, como es la violencia forajida, la falta de ley y la fuerza de la venganza de las instituciones federales cuando logran controlar las situaciones delictuales (Pinel, 200: 318).
Solo falta el elemento antagónico para que el género tenga madurez. Con el indígena se completa el cuadro prototípico que circula en un film de western con toda la carga simbólica y fáctica que representa para la construcción del ser norteamericano, con ese coqueteo entre admiración y desprecio por la alteridad india, ambivalencia que en los primeros años significó participar tanto en obras que alababan de alguna manera su forma de vida y denunciaban el irrespeto por los tratados del gobierno norteamericano, o abiertamente hostiles hacia el avanza civilizador del colono blanco (Ripoll, 2000: 79).
De todas las dimensiones de representación cultural, es acaso una de las más utilizadas la del western como género genuinamente norteamericano y que no hace más que apuntalar una importante cantidad de estereotipos respecto del indígena respecto del colonizador de la tierras del oeste del atlántico.
El objeto de esta monografía es identificar las líneas principales del género en el contexto de las nuevas narrativas que se suceden desde obras como The Shooting de Monte Hellman (1966) –film que aunque no existe una representación explícita del indígena, sí es constitutiva- hasta Dead Man de Jim Jarmusch (1995) donde se levanta una tesis revisionista que sustenta el periodista Jonatahn Rosenbaum respecto del western como crítica simbólica del ser norteamericano, con todos los cuestionamientos a su estilo de vida.  

I.                   Características del western como género cinematográfico 

“(…) Este género… cuenta, en clave heroica o crítica, la conquista del Oeste de los Estados Unidos y la difícil gestación de la nación americana.
Las ficciones del western se inscriben en un pasado legendario que podemos sin embargo situar en el tiempo (generalmente entre 1840 y 1890…) y ubicarlo al oeste del Misisipi, en ese espacio movedizo de la en constante progreso hacia el Pacífico” (Pinel, 200: 318).
Los elementos que enuncia esta definición sitúan en términos generales el marco en la que se desarrolla los film western y que se centra en la idea de la conquista del territorio interior norteamericano. Esta frontera hace referencia y significación como parte del proceso de expansión imperialista desde la costa Atlántica hacia el oeste, territorio indígena que es presionado por sus recursos y que en el despliegue el colono se enfrenta –con apoyo del estado- a los nativos (Shohat y Stam, 2002: 133).
Es siempre una frontera que se mueve de acuerdo a los requerimientos argumentales o históricos, abarcando  extensos territorios en que habitan distintas identidades nacionales con costumbres y diferencias que en algunos casos los enfrentan.
Se identifican seis periodos históricos (Pinel, 2009: 318-324):
a.       Cine Mudo (1894-1928) con distintas expresiones que van del esfuerzo abiertamente etnográfico y registral como Edison en “Sioux Ghost Dance” de 1894 (Ripoll, 2000: 75) pasando por experiencias como la mencionada “El gran atraco al tren” de 1903 que aunque no aparecen retratado el indígena, pero sienta los elementos constitutivos del género, u obras tan significativas como las de D. W. Griffoth “The Redmam and the Child” en 1908.
b.      Inicios del Sonoro (1929-1938) La dificultad para consolidar el género está dada por el traspaso de un sonido ambiente que no siempre fue reconocido por el público. Se mencionan “La Gran Jornada”, “Billy the Kid” de King Vidor.
En este periodo al indígena se le representa en dos facetas, según sea la orientación del film, o como víctima (en el mejor de los casos como parte del reparto) o como victimarios.
c.       La Renovación (1939-1949) Se instala todas las características del género, con las formalidades estéticas e ideológicas que corresponden, asignando papeles a todos ellos.
     Acá destacan “La Diligencia” de Jonh Ford y las preocupaciones varían hacía la crítica y cuestionamientos del procesos de expansión de la colonización al oeste.
d.      La Edad de Oro (1950-1959) La reflexión del género comienza a exponer parte de las preocupaciones coyunturales como es la guerra de Corea o el reconocimiento del papel del indígena en la II Guerra Mundial, le asignaron nuevas significaciones al relato del western con obras como “Flecha roja”, “Apache”, “La última caza” y “Yuma”.
e.       El Crepúsculo (1960-1969). En contexto de crisis tanto de la cultura (respuesta es la contra-cultura) norteamericana, la guerra de Vietnam y también el desgaste de la industria cinematográfica, el género responde con un pesimismo crepuscular con obras de diverso resultado como “El Álamo”, en donde el relato heroico es profundamente cuestionado.
En este periodo el género traspasa las fronteras y se instala en Europa con el espagueti western.
f.       Últimos estertores (desde 1970) En este periodo el relato heroico es abandonado para convertir el relato en una abierta referencia del “presente”, respondiendo las dudas del pasado respecto al proceso de colonización imperialista (cuando corresponde).
“La puerta del cielo” de Michael Cimino de 1980 es una muestra de esta radical menara de enfrentar el género (aunque la respuesta de la industria fue igualmente desafiante al dar la espalda a este film)
También es este periodo podemos identificar obras tan significativas como “Pequeño gran hombre” que recrea un hecho tan importante para toda la historia del western como es la batalla de Little Big Horn.
En esta última etapa se comprende la reacción experimental se que inscribe film como “Dead Man” que invierten totalmente el objetivo tradicionalmente responsable de hechos o ficciones inspirada en fenómenos concretos por la especulación descriptiva de procesos oníricos y síquicos en el que el indígena es un guía espiritual en un mundo modernos y contradictorio.

                II.-       La alteridad identificada en el indígena 

El fenómeno de la representación de la alteridad indígena en la producción audiovisual está directamente asociado al desarrollo de la industria cinematográfica en occidente. Desde las primeras producciones que abordan la singularidad del sujeto nativo, se carga de estereotipos constituidos en paradigmas asumidos como parte de un proceso histórico ampuloso, que la mayoría de la veces no dice relación con la historia real - esta última categoría que en todo caso también está en permanente tensión respecto a la relación de conquistador-conquistado.
            Desde la idea de frontera, salvajismo, exotismo, sistemas de vida pre-moderno, son imágenes que se repiten en decenas de historias, con planos y encuadres editados de tal manera que resaltan el carácter impredecible de las naciones indígenas que resisten el avance de los colonos (Shohat, 2002: 133).
            El desplazamiento narrativo donde el "otro" salvaje, en muchos casos perdió la guerra de la "Conquista" ante un blanco civilizado, aunque imperfecto, pero desarrollado. Toda esta carga ideológica que contiene el género, que transforma a esta en un gran momento de adoctrinamiento de valores "eurocéntricos" (con toda las complejidades que esto conlleva, donde pudiera o no estar asociada a supremacía étnica y cultural) que determina también el tono del tratamiento de esa alteridad indígena.
            La evolución del género implicó, desde la segunda mitad de la década 1950, una decadencia progresiva, tal vez asociada a nuevos ritos culturales. Es desde esta época que se inicia un proceso de revisión de las características del western y a la vez de la significación del indígena como un otro al que se le asigna un nuevo papel en el desarrollo narrativo.
La ambivalencia con la que ha sido tratada la alteridad indígena en el western es descrito como parte Xavier Ripoll “…en unos film sirven para exaltar las virtudes americanas y, en otros, para denunciarlas por absurdas e hipócritas.”  (Ripoll, 2000: 79)
            Esta característica no se da, en todo caso, con esta claridad en relaciones con otras alteridades, cuestión que tiene que ver tal vez con el peso que significa para la historia norteamericana el proceso de expansión hacia el oeste.
            El indígena en un primer momento es retratado como parte de un grupo que está a punto de desaparecer, por tanto es una filmación de urgencia y que responde a la experimentación que realiza entre otros Edison hacia 1894.
            Luego se pasa a la representación ficcionada a partir de hechos históricos que responden al proceso de expansión territorial hacia el oeste. En esta representación se identifica al indígena o como víctima o victimario, según sea el interés ideológico del realizador, destacando que muchas veces no existía ni trabajo riguroso para recrear escenarios y ceremonias, por lo tanto en ese nivel la recreación sirve para constituir estereotipos de los pueblos indígenas.
            En otro momento la recreación se hace a partir de actores blancos que son caracterizados para que cumplan su rol,  en el mejor de los casos las comunidades pueden aparecer como arte del reparto secundario en alguna producción, como una escenografía dentro del territorio infinito que los planos generales muestran (Shohat y Stam, 2002: 135).
            Es recién avanzado la segunda mitad del siglo XX que el indígena comienza a jugar papeles más destacados en la realización de un film, cuestión que tiene que ver con la conciencia de los realizadores y la población que exige en algunos casos autenticidad (Pinel, 2009: 319). 

            III.-       La ruptura del Acid Western y Dead Man                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                 En 1996 el académico y crítico norteamericano Jonathan Rosenbaum[1] acuñó el concepto Acid Western en directa relación con la película "Dead Man" del director independiente Jim Jarmusch.
            Este constructo teórico hace referencia a la reescritura de la narración de la conquista y colonización del oeste norteamericano con todas las valoraciones conflictivas que conlleva el género: viaje a lo desconocido, modernización como utopía, transformación heroica, y vínculo con el otro nativo y generalmente salvaje. Es, desde este punto de vista, un cine revisionista que trasvierte el orden de los conflictos.
            En la película señalada, el personaje principal William Blake (el nombre del poeta inglés del siglo XVII, un subversivo intelectual de aquella época) es un hombre de la normalidad civilizada que va al encuentro de una vida mejor en un trabajo como contador.
            Las distintas peripecias lo llevan a conocer a un indígena mestizo llamado "Nadie", un indio que está representado en un segundo lugar, esto de forma muy ambigua pues su papel es central en el desarrollo del relato, rol que paulatinamente destacará avanzando el film.
            Blake recibe una bala en el pecho que no es pasible sacar, Nadie usa un cuchillo, por lo tanto el viaje es de un hombre que no tiene otro destino que la muerte, de hecho no debiera estar vivo por la herida.
            De los toques críticos que Jarmusch incorpora en el metraje es justamente la historia del indio: es un mestizo que ha estado viviendo en Inglaterra y contiene una formación occidental, por lo mismos conoce al poeta Blake (en pasajes de dialogo recita sus versos), pero carga consigo la contradicción de no pertenecer a su pueblo, es un excluido, en definitiva un extranjero en su continente.
            Este tipo de enfoques trata el Acid Western, de resignificación del presente reflexionando el pasado.
            Muchas de las preocupaciones que se manifiestan respecto al género como por ejemplo estereotipos, idioma,  ceremonias (estudio etnológico de tradiciones de comunidades indígenas) en esta película están decididamente –y políticamente- tratadas. Por ejemplo no  hay traducción para algunos diálogos que se reproducen y que al parecer son comentarios y bromas a los blancos norteamericanos.
            El rol de Nadie es ser guía en el camino de transformación y conclusión del viaje heroico de Blake, es la voz de la conciencia de un hombre que no ha vista la verdad detrás de la apariencia, de su propia condición de "hombre muerto" que busca el gran mar que está a la entrada a otro mundo.
            El todo onírico y sugerente del metraje le da un papel destacado al indígena al nivel del chaman, un compañero espiritual que lo acerca a lo verdadero.
            Este  aspecto del relato no es menor al romper la línea habitual en la que el indio sirve al blanco como un compañero de aventura, en el mejor de los casos, donde el blanco es la representación de la salvación. En Dead Man el blanco es el que no tiene otro destino más que buscar en el espacio mítico indio una salida a la muerte que de algún modo representa la forma de vida occidental, hay una búsqueda cargado de significado donde el indio es el que sabe las respuestas trascendentales.

A Modo de Conclusión

El western es probablemente el mayor aporte a la cultura fílmica mundial, con todos sus estereotipos y redundancias ha permitido representar desde distintas perspectivas al nativo norteamericano, permitiendo describir formas de vida que le interesa primero que todo a los propios habitantes del norte.    
La posibilidad narrativa que tiene el género, para los realizadores que lo usen, son amplias, como lo muestra Dead Man, permitiendo un amplio registros de lecturas del ser norteamericano, su relación con la alteridad y la descripción de la historia de ese país.
Por lo significativo e influyente del western en el mundo, es necesario entender su dinámica de recreación y representación, pero igual de importante es analizar los mecanismos de construcción de la alteridad etnológica y como producto cultural-mediático.
El indígena hoy tiene muchos más poder de decisión que hace 50 años, y aun falta mucho para situar en una justa ubicación las formas culturales y políticas, mientras tanto trabajos como el que reseñamos sirven para entender el proceso de revisión del género. 

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Bibliografía


 Acid Western: http://centrodeartigos.com/articulos-educativos/article_7915.html

 Entrevista a Jonathan Rosenbaum:   http://www.lafuga.cl/entrevista-a-jonathan-rosenbaum/23

 Shohat, E.; Stam, R. 2002 "Multiculturalismo, cine y medio de comunicación" Paidós, Barcelos España

 Pinel, V. 2009 “Los Géneros Cinematográficos: Géneros, escuelas, movimientos y corrientes en el cine” MANON TROPPO, Madrid España

 Cousins, M. 2005 “Historia del Cine” BLUME, Barcelona España.

 Ripoll, X. 2000 “Sí, Bwana” Alianza Editorial, España

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