Fuente de conocimiento
Eres la fuente de mi conocimiento, y sé tan poco como las
reglas básicas de la aritmética y una que otra entonación gramatical. Pero de
todas formas puedo admitir que eres la fuente de mi conocimiento.
Eres la razonable argumentación que complejiza el sentido
común, pues en la simpleza no hay placer, en la desdicha hay monumento, héroe o
villano, humilde o sin-vergüenza, santo o divertido.
Eres la caída de las certezas, el derrumbe del muro, la
noche emborrachada de preguntas sin respuestas, la incompleta proposición de la
charla sin destino.
Eres duda estimulante.