Mujer subterránea:

Pero cuando repites la estación, con esa memoria de prodigio, me da la idea que no tienes intención de llegar, es que simplemente te quedas sepultada en el trajín de los que entran y salen, con los ojos clavados en el horizonte de concreto, en las luces difuminadas figuras desconocidas, te sostienes en el barrote cromado que no permite decender aun más.
Tienes algo que es parte de un sueño que tuve hace algunas noches, eras la bella partera de una generación de sujetos que con los años de volvieron indecentes, hombres y mujeres que carecían de identidad, todos iguales en sus precarias posiciones. En ese sueño tú los traías al mundo, los jalabas desde las piernas ensangrentadas de la matriz única que ni nombre, si señas de identidad asignada y tú con un tierno bautizo les llamabas.
Quise ser objeto de tu salvador gesto.
En qué estación te quedas. Te sigo tanto tiempo en este viaje.
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