Quién diría.
Quién diría que una mujer pasa como una tormenta, una de esas que destrona todo miramiento y nos deja desnudo de toda fortaleza.
Quién diría de la fuerza de su viento, del soplo, del paisaje que deja en mi pecho, que no es desolado, es inquietante interrogante.
Quién diría que una sola palabra cabe en todo un continente y se llena, pesado como una tonelada de palabras que no dicen nada, pero solo una es capas de cubrir 1000 enciclopedias.
Quién diría que esa mujer es como un escarabajo, pequeña y dura, dócil y milenaria, que hace su trabajo entre las sombras, mi propia carne es su carne, el follaje que alimenta su alma.
Quién diría que su viento es mi viento, el que ilumina mi mirada, la forma que construyo mi manera de amar, la manera de amarrar las ganas.
Quién diría de la fuerza de su viento, del soplo, del paisaje que deja en mi pecho, que no es desolado, es inquietante interrogante.
Quién diría que una sola palabra cabe en todo un continente y se llena, pesado como una tonelada de palabras que no dicen nada, pero solo una es capas de cubrir 1000 enciclopedias.
Quién diría que esa mujer es como un escarabajo, pequeña y dura, dócil y milenaria, que hace su trabajo entre las sombras, mi propia carne es su carne, el follaje que alimenta su alma.
Quién diría que su viento es mi viento, el que ilumina mi mirada, la forma que construyo mi manera de amar, la manera de amarrar las ganas.
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