no tengo ganas

Parece que la anécdota se colmó de espasmos, como una suave bajada a la playa
en que la arena es calida como una rebanada de queso con tomate y albaca, y al momento de mascar te encuentras con el sabor insípido del metal.
Todo esto me recuerda que la siguiente noche fue entre los brazos abrazando tu tronco,
no eras árbol, eras flor, pero de cuerpo firme y grueso.
A tempo pequeña ración de fruta, que el espasmo no te espante la voz,
Que mañana es hoy, la jornada insatisfecha que has reclamado a mi cuerpo.

Me cansa tu estado permanente de delirio insatisfecho.
Me recuerda esas tardes de hace doce años cuando recorría la ciudad cobrando las deudas del sistema crediticio, solo quería llegar luego a algún lugar que no me recordara la decadencia de esos seres deudores.

No tengo ganas de encontrarme…

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