Filóctetes

En un tiempo, en un lugar del mundo la tragedia se repite. Incansable, incontenible se van sucediendo los personajes de una obra concebida hace casi 2500 años, que como mito primordial avasalla la realidad del discurso moderno, como si estuviera escrito en un guión que será representado una y otra vez.
En una adaptación que tiene esa vigencia estremecedora con la historia reciente de nuestra patria, con los dolores y heridas que sangran, nunca cicatrizadas, mal oliente que ascienden desde la extremidad que hace cojear la conciencia de la sociedad, Filóctetes es la representación de muchas cosas reconocibles.
Con texto adaptado del autor alemán Heiner Müller, de la tragedia de Sófocles, recrea la historia del dolor del enfrentamiento de esteriotipo que son identificables en nuestra siempre precaria realidad pública: la ética del político, el discurso de la patria tantas veces vacía, y el impulso de la venganza. Filóctetes, Ulises y Neoptolemo los mueven motivos que hacen de la existencia humana identificable, reconocible en muchos conflictos que se suceden a nuestro alrededor.
En una puesta en escena consistente, con la actuación de Daniel Muñoz como el abandonado Filóctetes; Sergio Hernández en Ulises y Salvador Burrel es el joven Neoptolemo. Cada cual tiene un impulso primordial, motivo básico que lo lleva a encontrarse en la isla de Lemnos.
El dolor que desangra a Filóctetes es la memoria que exige justicia a miles aún hoy de los atropellos y vejámenes; Filóctetes es Palestina que clama por paz digna; es la representación del dolor de millones en decenas de lugares en el mundo.
Tal vez esa transversalidad es la que hace tan propicia ver la obra que reseñamos. Es una suerte de obstáculo al inmovilismo de nuestra intimidad.

Lugar: Goethe-Institut (Esmeralda 650, entre Miraflores y Mac-Iver, Santiago–Centro)
Obra: Filóctetes
Autor: Heiner Müller
Dramaturgista: Mauricio Barría
Dirección: Heidrun Maria Breier
Elenco:
Filóctetes: Daniel Muñoz
Ulises: Sergio Hernández
Neoptolemo: Salvador Burrell
Músico: Dángelo Guerra y Felipe Ortiz
Diseño: Maya Mora
Iluminación: Catalina Devia