Microcuento: Buenas noches... bus.
De noche comparten una tasa de café -sin azúcar para él, el hombre joven le echaba dos cucharadas de color blanco. Contemplaban las hojas que iban cubriendo el frente del patio –las luces extendían la sombra de la alfombra otoñal hacia el fin de los árboles. A veces hablaban de la jornada, de la manera de llegar al trabajo, de cómo se mezclaban con las miles de almas que intentan llegar a sus trabajos, o sus estudios. Desde el interior de la casa se escucha la voz de la esposa de uno y madre del otro indicando la hora de dormir, recuerden que mañana se tienen que levantar temprano por lo de la locomoción endiablada, esa que era para mejor y sólo ha dejado una huella de molestia.
El padre suspira y dice: Si hasta esta costumbre la tenemos que cambiar por culpa de las micros…
Los dos lanzan una risita de aprobación. Mientras caminan a sus respetivas habitaciones se despiden con un lacónico “buenas noches”. “Descansa que mañana tendremos que salir a conquistar un espacio en el bus”.
El padre suspira y dice: Si hasta esta costumbre la tenemos que cambiar por culpa de las micros…
Los dos lanzan una risita de aprobación. Mientras caminan a sus respetivas habitaciones se despiden con un lacónico “buenas noches”. “Descansa que mañana tendremos que salir a conquistar un espacio en el bus”.
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