HUMBERTO MATURANA, PÉRDIDA Y CRÍTICA
Lo de Humberto Maturana es una gran pérdida, dicho en otra crónica, fue una "pérdida infinita", pero hay algunos aspectos de su epistemología que es necesario comentar.
Primero decir que hay un Maturana que desarrolla un
extraordinario, provocativo, trabajo en colaboración de Francisco Varela y se
sintetiza en la idea de la autopoiesis, en muchos sentidos una revolución por
ubicar al “conocimiento” desde una clara base biológica.
Posteriormente, con el devenir de las décadas sus búsquedas
intelectuales lo acercan a miradas, nuevamente como enfoques epistémicos, que lo
llevan a apostar por una ruptura de la tradición occidental del conflicto, invirtiendo
el paradigma de ser una expresión de las
tensiones de clase, y más recientemente, parte de las diferencias de género.
Aquí se genera una de las más importantes críticas a su obra, y dice relación a
que opera como una reducción (dicho acá de modo simplificado), por cuanto –lo señala
la teoría de Maturana- la "comunicación" sería un arete sobre el que
se debieran erguir la búsqueda de la superación de las diferencias de partes que
se encuentran en una controversia.
Hay una dificultad en el modelo que propone el profesor Maturana, al pretender una herramienta que se centra en la comunicación como instancia de resolver la controversia, idealizando en las posibilidades del "amor" una potencialidad que permitiría romper con las barreras en que se pudieran ver envueltos partes distintas en una disputa.
El horizonte que propone es el entendimiento dejando de lado las asimetrías que puede existir, por ejemplo, en una realidad de precariedad material, o en contextos culturales.
A pesar de todo aquello, el aporte de la "Escuela de Santiago" exceden criticas a aspectos debatibles de su obra, pues su impacto en distintas áreas del conocimiento no deja de expandirse.