despertar


Pancho murió, o al menos eso es lo que entendió después de pensar. El asunto es que algo pasó, que cuando volvió a tener conciencia era una víbora cornuda del desierto del Sahara. Claro, él no sabía lo que era, es decir, recordaba que hacía un momento viajaba en su moto, recordaba que algo lo había golpeado y que al volver a abrir los ojos, o las antenas, era un reptil, en un desierto infinito. Lo peor de todo, supuso,  es que cuando perdió la conciencia en ese cuerpo humano él era un filósofo, de aquellos que se ufanan de pensar y responder preguntas.
Qué pena, cuando ya al fin asumió que los hinduístas tenían razón. Y recordó cuando era Pancho, buscaba un momento para la contemplación de la existencia, y ahora ahí entre el infinito desierto de un reptil, lograba al fin, respuestas y no tenía con quien compartirlas.

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