el hombre de noche
De todas maneras el hombre se perdió en la noche. Y es
que la noche era la excusa, la cómplice y la confidente. La noche oscura, la
noche clara, noche sin estrellas, noche cálida o noche fría. Noche larga que
alcanza la mañana, noche corta que no es más que el susurro.
Lo vi ir, pero en realidad eran pasos que lo acercaban a
mí, como esos espejos inmensos que muestran la caminata por un pasillo amoblado
de imágenes de utilería. Lo vi partir, y la noche lo devoraba, lo oscurecía, lo
desvanecía.
Hombre de paso seguro, que esconde su humanidad de la luz
del día.
Ese hombre también soy yo.