Te regalo una celebración: primera estación.
Te quisiera
regalar muchas cosas que puedan enterar el tiempo que no estuvimos, acaso
una ficción material que de nada sirve, pues parece que no completará las
caminatas, los suspiros, las llamadas, las largas disertaciones, los bellos
silencios inventados, las cáscaras de plátano en el basurero, los juegos de
pasos mientras recorremos alguna ciudad imaginaria. Cosas que solo aplacan mí
alma desolada del tiempo que perdimos esperando que el otro existiera en
nuestras vidas.
Y de momento
cubro las fechas, celebraciones que no lo son pues ni acaso tú estabas
completa, ni yo dichoso sin ti a mi lado, y los cumpleaños, los onomásticos, los
días de la fruta, o cualquier otro evento que justifique aquel libro, este
poema, un disco de los coléricos sirve para salvar el tiempo sin el otro.
Y mira,
ahora ya es otoño, y de tanto querer recuperar un tiempo que ya se fue, estamos
cumpliendo la primera estación. Y de no querer hacer más larga este estornudo
te regalo esta dedicación.