Partir de cero
Nunca se parte de cero, aunque lo digamos muchas veces como
para convencernos que lo de atrás es solo un momento, y no nos fijamos que
aquello que nos impulsó al estado de las cosas es todo, no partimos de cero,
porque antes de conocerte ya estaba escrito el destino de este presente. No
borramos las experiencias para iniciar, nuevamente, la aventura. Es un engaño, autocompasivo,
indulgente decirlo y creer que esa fórmula nos alcanzará: partimos de cero para
no volver a ser lo que fuimos.