Cloud Atlas o las alas infinitas del relato
Articular un relato épico sin
perderse en el intento es la pretensión de esta múltiple obra dirigida por los hermanos Andy
y Lana Wachowski y Tom Tykwer.
Lo primero que se debe decir que es particularmente extensa como película,
que en realidad no significa mucho, pues el que dure casi dos horas y media
solo indica que la historia(s) se explaya en múltiples aspectos, en el perfil
de los personajes y en la trama propiamente tal.
Y en realidad es en el fondo una sola historia dividida temporalmente en
seis pasajes. La relación no es solo una vinculación sanguínea, generaciones
que se encuentran directamente, las cuatro primeras entre mediados del siglo
XIX y el “presente”, y las dos siguiente en un futuro distópico que se cierra
para todas con un aliento esperanzador.
Podríamos suponer que de parte de los hermanos Wachowski esta es otra forma de asumir la crítica política que
sustentan en las secuelas de Matrix, en la cual, lo que nos parece como real es
una forma que se nos presenta en un orden natural e inamovible, la verdad es un
tema relativo declara Sonmi-451 a su interrogador en el 2144. La veracidad
tiene una carga hegemónica que cualquiera entiende como respaldada por las
circunstancias en la que se inscribe.
Para el caso de las preocupaciones ideológicas de este relato, la realidad es
menos certera cuando se formula desde el orden político, en lo sumo debemos
preocuparnos de la subjetividad de los actores que participan, aunque sean
gotas en un océano imposible de modificar, Adam Ewing en 1849, es la gota de la
emancipación abolicionista.
Estos contrapuntos son un verdadero discurso subversivo que se reitera como
una reflexión a la liberación de los sujetos de esa verdad que parece
inamovible, una realidad que consume cualquier esfuerzo de transformación pero
que es posible transformar.
Hay una apuesta por la
supervivencia, que se mezcla con una postura New Age que a la
larga es la que da esperanzas, una salvación.
Hace sentido la
estructura narrativa que propuso Joseph Campbell como el camino del héroe, en
su clásico “Las mil caras del héroe” que indaga y describe la ruta que sigue el
héroe como mito esencial y consistente con los relatos que dan sentido en
nuestra psiquis.
Este “monomito” está vinculado como arquetipo
esencial y se recorre como patrón narrativo que va desde la partida del
personaje heroico, las aventuras, contradicciones y sufrimiento y el regreso a
un punto donde un cierto orden vuelve para comenzar nuevamente en un ciclo
dialéctico y perpetuo.
Los personajes heroicos de Cloud Atlas están
permanentemente enfrentados a esas fuerzas que los mueven de su centro una y
otra vez y de alguna forma regresan para tener nueva esperanza sobre ese futuro
que nos llama.
Película intensa y
reflexiva que permite un sin número de lecturas, de todas formas recomendable.