Sobre el Camino

(I)
Camino es todo lo que lleva a algún lugar
Todo lo que tiene orillas, tiene sentidos y
se puede continuar
Camino es un pedazo de firmamento,
una pestaña de mundo.

Voy por un camino que no se ve desde tu ventana,
uno que es generalmente pedregoso
y se inventa al andar (lo dice un poeta).

Voy por un camino que parte en la puerta de la mente,
en el cobertizo de tu alma,
en la orilla de un sueño,
en lo alto de un sendero sin nombre,
a veces en la sombra del cactus florecido,
en la naciente longitud de tu figura.

(II)
Tomo el camino cual cintura de tu cuerpo,
Suave, mujer desnuda, te siento.
Recorro los rincones cual soldado vigía
procurando no dejar pasar las señas del momento.
Camino y piel.

Y la ruta se hace sinuosa, zigzaguea de norte a sur,
de oriente al mar,
con codos ciegos que llevan a ningún lugar
esos pasajes tiene nombre de seres sin destino,
mujer pusilánime,
aprende a recorrer tu propio lugar.

Continuo.

Me da sed, me canso
Busco la sombra bajo el aroma,
una parada que lleva nombre de esperanza,
¿es un espejismo?
una huella de sonar, un simulacro de pesar.

Al fin suspendido cuento los pasos,
supongo los amores,
revelo los misterios,
invento cuentos
y relleno momentos con acido y calor.

(III)
Asigno valor a los lugares,
A las cosas, a las vistas,
a la compañía del camino
nombro los parajes.

El camino se hace ancho como el océano,
angosto como el ojo del metal.
Los días pasan, se vuelven jornadas de crecimiento
o distracción, nunca es perdida.
Recuerdo al presocrático que levantó el ocio
a la altura de acto de liberación.
Para descubrir comino se debe
querer la libertad.

En parte de la ruta se encuentran compañeros,
otro caminante,
una amante,
un hermano,
un solitario,
un perdido,
la mujer deseada.
Escuchamos la música silenciosa,
El silbido del árbol que desprende una semilla,
¡ vez ¡, es la conquista del camino.

(IV)
En la tarde el sol se alcanza a despedir,
el calor se apodera del cuerpo,
la sed se instala, pidiendo la atención de una hija.
El sudor va marcando la frente,
quemando la cara en señal de vida.

(V)
A veces siento el cansancio del ocaso,
pareciera el fin del camino,
pero me convenzo que la ruta es infinita,
requiere muchas jornadas para anidar.

Pues la noche del camino requiere un trato especial:
Yo le cuento mis secretos,
Ella me cobija en sus entrañas.

(VI)
Al otro lado de la habitación,
está la vieja tejiendo recuerdos.
Me ofrece té, de hierba buena,
le digo que en cualquier momento.
Mi camino no puede esperar,
La larga caminata que realiza
el viajero inmóvil.

(final)
Sin alarde de guía,
ni sabio, ni profeta.
No tengo respuesta.
No invita a nadie a recorrer este camino,
ni supongo cual será el más corto,
o el menos doloroso
Sólo sé que éste me lleva a algún lugar.
No muy lejano de mis pensamientos.

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